**Conmemoración de la masacre de Sharpeville: un recordatorio vital de nuestra historia**
Más de 60 años después de la masacre de Sharpeville, este triste acontecimiento sigue anclado en la historia de la Sudáfrica moderna. Este episodio de violencia extrema tuvo un impacto duradero en la lucha contra el apartheid, llamando la atención del mundo entero sobre las brutalidades del régimen racista. Hoy, la conmemoración de Sharpeville resuena no sólo como un símbolo de nuestra lucha nacional, sino también como un llamado internacional a luchar contra la discriminación racial, reconocido por las Naciones Unidas.
El presidente Ramaphosa decidió pronunciar su discurso en honor del Día de los Derechos Humanos el 21 de marzo en Sharpeville por primera vez desde 2019. Esta decisión fue de particular importancia, como parte de la celebración de los 30 años de democracia en Sudáfrica.
Un equipo de Good Governance Africa (GGA) visitó Emfuleni, el municipio donde se encuentra Sharpeville, con el objetivo de apoyar la gobernanza local y fomentar la participación ciudadana. De hecho, Emfuleni presenta importantes desafíos en términos de gobernanza, con importantes deficiencias en la administración y el liderazgo, como destacó el Auditor General.
La visita de la GGA observó, entre otras cosas, las dificultades que enfrenta la escuela primaria Phuthulla en Boipatong, particularmente debido a un problema de saneamiento. A pesar de la colaboración entre la dirección de educación provincial y el municipio para solucionar esta situación, muchos estudiantes tuvieron que abandonar el establecimiento por temor a su salud.
Además, los residentes de la región expresan preocupaciones recurrentes relacionadas con el empleo, la calidad de los servicios públicos y el seguimiento de los compromisos políticos. Estas preguntas, particularmente entre los jóvenes, subrayan la necesidad de evaluar el progreso logrado desde el fin del apartheid y el nacimiento de la democracia en Sudáfrica.
En un contexto donde persisten las dudas sobre la evolución del país desde 1994, es fundamental reconocer los avances logrados y reafirmar nuestro compromiso con una sociedad más justa y equitativa.
Por lo tanto, la conmemoración de la masacre de Sharpeville sigue siendo un momento crucial para recordar nuestra historia, pero también para reflexionar sobre el futuro de la gobernabilidad y la democracia en Sudáfrica.