En la actualidad, la lucha contra el desperdicio de alimentos se ha convertido en una preocupación global. Según el último informe del Índice de Desperdicio de Alimentos, se revelan cifras alarmantes, siendo los hogares responsables de una gran parte, alcanzando el 60% del desperdicio mundial de alimentos. En 2022, los hogares generaron 631 millones de toneladas de desperdicio de alimentos, frente a los 290 y 131 millones de toneladas generadas por los sectores de la restauración y el comercio minorista, respectivamente.
El informe destaca la tendencia de desperdicio observada en diferentes países. Por ejemplo, en Nigeria se desperdician en promedio 113 kg de alimentos por persona al año, lo que equivale a un total de 24,79 millones de toneladas de desperdicio alimentario en el país, la mayor cantidad en África subsahariana. Otros países de la región también se ven afectados, como Tanzania con 152 kg por persona, Uganda con 110 kg, Seychelles con 183 kg, Ruanda con 141 kg y Mozambique con 92 kg.
Las Naciones Unidas advierten sobre las consecuencias del desperdicio de alimentos a escala global, contribuyendo a agravar la crisis del hambre que afecta a más de 783 millones de personas en todo el mundo. Para combatir este problema, es fundamental mejorar la recopilación de datos y adoptar mejores prácticas para reducir el desperdicio de alimentos.
Es imperativo sensibilizar a la población e implementar acciones concretas para reducir el desperdicio de alimentos en los hogares. Cada individuo puede contribuir adoptando acciones simples en su día a día, como planificar las comidas, almacenar los alimentos de forma adecuada y aprovechar las sobras de manera creativa. Todos juntos podemos combatir este grave problema y preservar los recursos de nuestro planeta.