El Papa Francisco ha tomado una decisión inesperada por segundo año consecutivo al optar por no participar en la tradicional procesión del Viernes Santo. Esta decisión, motivada por motivos de salud, fue anunciada en el último momento, sorprendiendo a muchos fieles.
De hecho, el Santo Padre debería haber presidido la procesión del Vía Crucis, pero finalmente decidió rezar desde su residencia para preservar su salud. Esta decisión fue comunicada por la oficina de prensa del Vaticano, que mencionó que el Papa Francisco padecía gripe desde hacía varias semanas.
El Papa ya se había perdido este evento en 2023 por motivos similares. Este año, le pidió a un asistente que le leyera sus discursos, rompiendo con la tradición.
Si bien el Viernes Santo se celebra en todo el mundo, la Semana Santa en Gaza está marcada con particular solemnidad. Las iglesias de Gaza actúan como refugios para los desplazados y acogen a casi 600 personas que han perdido sus hogares.
Esta decisión del Papa Francisco de no participar en la procesión del Viernes Santo resalta la importancia de la salud y el bienestar, incluso para una figura religiosa tan icónica como él. Nos invita a reflexionar sobre la necesidad de cuidarnos para cumplir mejor nuestra misión y estar presentes para los demás.
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– Artículo de Africanews