En el ámbito de la justicia, el nombramiento de nuevos jueces para cubrir puestos vacantes suele suscitar acalorados debates. Recientemente, el proceso de selección de cuatro candidatos para un puesto al más alto nivel del tribunal reveló una posición unánime: ninguno de los solicitantes apoya la idea de fusionar este tribunal con el Tribunal Supremo de Apelación.
Esta convergencia de puntos de vista puede parecer sorprendente, pero en realidad refleja el valor y la importancia otorgados a la especificidad e independencia de cada órgano judicial. De hecho, fusionar la corte suprema con el tribunal de apelaciones podría llevar a una dilución de los poderes y misiones de cada uno, comprometiendo así la integridad y eficiencia del sistema judicial en su conjunto.
Una de las principales razones esgrimidas por los candidatos contra esta fusión es la necesidad de mantener una cierta diversidad y complementariedad entre los diferentes órganos judiciales. Al mantener estas dos entidades separadas, es posible garantizar una mejor distribución de las cargas jurisdiccionales, evitando así cuellos de botella y retrasos en la tramitación de los casos.
Además, deben preservarse las funciones y poderes específicos de cada tribunal para garantizar una justicia equilibrada e imparcial. La fusión de estos dos órganos podría conducir a la estandarización de procedimientos y decisiones, con el riesgo de limitar las posibilidades de apelación y defensa de las partes en disputa.
Finalmente, la preservación de la independencia judicial es una cuestión importante en un estado de derecho. Mantener la Corte Suprema y el Tribunal de Apelaciones como entidades separadas garantiza el respeto de los principios democráticos y constitucionales, al tiempo que fortalece la confianza de los ciudadanos en el sistema judicial.
En conclusión, la decisión de los cuatro candidatos de oponerse a la fusión del Tribunal Supremo con el Tribunal de Apelación se basa en sólidos argumentos a favor del mantenimiento de la diversidad, la especificidad y la independencia del sistema judicial. Esta unidad de visión da testimonio del compromiso de los profesionales de la justicia de preservar la integridad y eficiencia de nuestro sistema judicial para el bien de todos.