Las imágenes de desolación y crisis humanitaria que nos llegan desde Sudán son tan impactantes como desgarradoras. A medida que el conflicto que sacude al país desde hace casi un año llegará pronto a su primer año, la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados nos alerta sobre una situación sin precedentes, que afecta a más de 25 millones de personas y no muestra signos de mejora.
Sudán y sus países vecinos enfrentan una de las crisis humanitarias y de desplazamiento más grandes y complejas del mundo. Miles de refugiados continúan cruzando fronteras todos los días para huir de la guerra, y la mayoría de ellos encuentran refugio en Sudán del Sur.
El número de desplazados ha superado los 8,5 millones, de los cuales 1,8 millones han cruzado las fronteras, según Olga Sarrado, portavoz de ACNUR. De los desplazados, 635.000 huyeron a Sudán del Sur, lo que representa más del 5% de la población de Sudán del Sur.
La situación humanitaria es catastrófica y hay una necesidad urgente de alimentos, agua, refugio y atención médica. Muchas familias han sido separadas, lo que ha sumido en una angustia aún mayor a estas personas, ya traumatizadas por el conflicto.
Es importante destacar el considerable impacto de esta crisis en Sudán del Sur, el país más pobre del mundo. La presión sobre este país es inmensa, con una afluencia diaria promedio de 1.800 personas durante un año, o menos de un año. Esto equivaldría a 4,5 millones de personas que llegarían a Alemania, o 17,6 millones a Estados Unidos en menos de un año.
Los estrechos vínculos entre Sudán y Sudán del Sur plantean serias preocupaciones sobre la economía y la seguridad en esta región. El cierre de un importante oleoducto tras los enfrentamientos en el estado sudanés del Nilo Blanco corre el riesgo de provocar un colapso económico y una escalada de la inseguridad en Sudán del Sur.
Este incidente tiene un gran impacto en la economía de Sudán del Sur, que depende en un 95% de los ingresos generados por el petróleo. El cierre del oleoducto provocó una rápida inflación de la moneda local y una caída considerable de los ingresos del país.
A pesar del empeoramiento de la crisis, los fondos asignados siguen siendo extremadamente bajos. Sólo se han cubierto el 7% de las necesidades del Plan Regional de Respuesta a Refugiados para Sudán, mientras que el Plan de Respuesta Humanitaria para Sudán dentro del país presenta una financiación que representa sólo el 6% de sus necesidades.
Es imperativo que la comunidad internacional se movilice más y proporcione apoyo financiero adecuado para responder a esta crisis devastadora. La Agencia de la ONU para los Refugiados coordina el Plan Regional de Respuesta a los Refugiados, que pretende ayudar a casi 2,7 millones de personas en cinco países vecinos de Sudán. Por su parte, la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios está gestionando el Plan de Respuesta Humanitaria dentro de Sudán, solicitando 2.700 millones de dólares para ayudar a 14,7 millones de personas.
Estos planes tienen como objetivo apoyar a unos 17,4 millones de personas en Sudán y la región. Es crucial que estos fondos se liberen rápidamente para aliviar el sufrimiento de los millones de personas afectadas por esta crisis humanitaria sin precedentes.