En el centro de las noticias farmacéuticas en Egipto se encuentra un tema candente relativo al aumento de los precios de los medicamentos para enfermedades crónicas como la diabetes y la hipertensión. Mahfouz Ramzi, jefe del comité de fabricación del Sindicato de Farmacéuticos, anunció recientemente un aumento de al menos un 20 a un 25 por ciento para estos medicamentos. Esta noticia ha generado fuertes reacciones entre la población egipcia, que ya enfrenta numerosas dificultades económicas.
El cambio en la paridad entre la libra egipcia y el dólar ha llevado a que las empresas farmacéuticas exijan aumentar los precios de sus productos en un 50 por ciento. Sin embargo, es poco probable que las autoridades competentes acepten de golpe un aumento tan repentino. Por lo tanto, se están llevando a cabo debates y estudios sobre esta propuesta para determinar las condiciones de este posible aumento. Se espera que sean los medicamentos más económicos los que se vean más afectados por este incremento.
Ali Auf, jefe de la división farmacéutica de la Cámara de Comercio, pronostica que el consumo de medicamentos en Egipto alcance alrededor de 135 mil millones de libras en 2023, un aumento de más del 15 por ciento respecto al año anterior. Las ventas para el año 2022 ya alcanzaron la cifra de 117,7 mil millones de libras, demostrando una importante tendencia al alza. Se espera incluso que este año las ventas superen los 150 mil millones de libras, señalando un crecimiento de más del 11 por ciento.
El mercado farmacéutico egipcio está en auge, con más de 170 fábricas de medicamentos, cientos de empresas subcontratistas, 70.000 farmacias y 1.200 almacenes de medicamentos repartidos por todo el territorio. Estas impresionantes cifras destacan la importancia del sector farmacéutico en Egipto y su impacto en la vida diaria de los ciudadanos.
En síntesis, el aumento de los precios de los medicamentos en Egipto plantea cuestiones cruciales sobre la accesibilidad de los tratamientos para las personas que padecen enfermedades crónicas. Es fundamental que las autoridades tomen en consideración el impacto social y económico de estas decisiones en la población, a fin de garantizar un acceso equitativo a la atención de salud para todos.