Violencia sexual contra mujeres pigmeas en Mungwalu: llamado a la acción para poner fin a la impunidad

Testimonios recientes de activistas de derechos humanos han revelado una situación alarmante en la zona minera de Mungwalu, en Ituri. Se denunciaron actos atroces de violencia sexual perpetrados contra decenas de mujeres pigmeas en el territorio de Djugu.

Los informes señalan casos de abuso sexual que han tenido lugar en Ladjo Galay desde principios de 2024, evidenciando una realidad oscura e inaceptable. Los responsables de estos deplorables actos son identificados como hombres armados pertenecientes a varias milicias que operan en la región. Estas acciones, que atentan contra la dignidad de las víctimas, han desencadenado la indignación y la furia de los defensores de los derechos humanos.

Resulta impactante observar cómo estos hombres armados explotan la vulnerabilidad de las mujeres para satisfacer sus impulsos sexuales y afirmar su poder. Los testimonios recogidos por las ONG en el terreno describen escenas de violencia inimaginables, donde las mujeres son secuestradas violentamente en el bosque al regresar de los campos o los mercados. Esta situación aterradora pone de manifiesto la alarmante ausencia de autoridad estatal en la región, permitiendo que estos criminales actúen impunemente.

Ruth Biwaga, jefa de la Oficina de Género en Djugu, ha condenado en términos enérgicos estas atrocidades y ha instado al gobierno a tomar medidas urgentes para proteger a estas mujeres vulnerables y restablecer la paz en la región. La urgencia de la situación se ve agravada por el creciente número de casos de violencia sexual registrados en el territorio de Djugu en los últimos años, reflejando el impacto devastador del activismo de los grupos armados en la población civil, especialmente en las mujeres pigmeas.

Es imperativo que se tomen medidas concretas para detener estas violaciones de los derechos humanos y asegurar la seguridad y protección de las mujeres pigmeas en Mungwalu. Se debe hacer justicia y los responsables de estos actos atroces deben ser llevados ante la justicia. Es hora de restablecer la autoridad estatal en la región para garantizar la paz y la seguridad de todos los habitantes de Djugu, en especial de las mujeres que son las principales víctimas de estos actos de barbarie.

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