La isla caribeña de Haití, que alguna vez fue un símbolo de libertad, se encuentra actualmente sumida en un caos sin precedentes. La situación en Puerto Príncipe es grave, con hospitales y clínicas enfrentando una escasez crítica de medicamentos y equipos esenciales, mientras bandas despiadadas refuerzan su control sobre la capital y sus alrededores.
Las bandas han bloqueado carreteras, cerraron el aeropuerto internacional a principios de marzo y paralizaron el mayor puerto del país, debilitando aún más un sistema sanitario que ya era frágil. Varios establecimientos médicos y centros de diálisis tuvieron que cerrar temporalmente, incluyendo el principal hospital público de Haití. Solo algunos lugares, como el Hospital Universitario de la Paz, en el sur de la ciudad, han logrado mantener sus operaciones. Desde el 29 de febrero hasta el 15 de abril, este hospital trató a casi 200 pacientes heridos de bala y actualmente está desbordado.
La violencia en las calles de Puerto Príncipe dificulta que el personal médico pueda llegar a sus puestos de trabajo. Médicos y enfermeras se enfrentan a carreteras bloqueadas por hombres armados, lo que limita el acceso de los pacientes a la atención médica necesaria. Esta espiral de violencia ha dejado a pacientes con enfermedades graves como cáncer, VIH/SIDA y otros padecimientos sin tratamiento, mientras las pandillas saquean y queman farmacias en la ciudad.
En el hospital de urgencias de Médicos Sin Fronteras en Cité Soleil, las consultas diarias se redujeron de 150 a 50, a pesar del aumento en la demanda de atención médica. La falta de suministros médicos esenciales, como medicamentos para la diabetes, hipertensión e inhaladores para el asma, ha llevado al personal a tener que seleccionar a qué pacientes pueden tratar, dejando a otros sin atención, como aquellos con desnutrición.
La historia de Jean Marc Baptiste, de 51 años, es un ejemplo desgarrador de la crisis actual. Herido por la policía y sin acceso a atención médica, se ve obligado a buscar recursos en una zona controlada por pandillas.
La emergencia es crítica y la situación de la salud en Haití está en peligro. Las vidas de miles de personas están en riesgo debido a la violencia que limita el acceso a la atención médica. Es necesario atender esta crisis de manera urgente para proteger la salud de la población haitiana.