Inseguridad alimentaria aguda: una crisis global en 2024

Más de 282 millones de personas en 59 países y territorios enfrentaron inseguridad alimentaria aguda en el año 2023, revela el Informe Mundial sobre la Crisis Alimentaria de 2024. El informe, elaborado por la Red Mundial contra las Crisis Alimentarias (GNAFC), destaca el impacto alarmante de los conflictos, fenómenos meteorológicos extremos y crisis económicas como principales impulsores del hambre aguda a nivel global.

Los puntos críticos de conflicto como Gaza y Sudán han experimentado un deterioro en la situación de inseguridad alimentaria aguda, contribuyendo al aumento de las cifras. Países con mayor número de personas en esta situación incluyen la República Democrática del Congo, Nigeria, Sudán, Afganistán y Etiopía. Regiones como Palestina, Sudán del Sur, Yemen, Siria y Haití tienen una proporción significativa de sus poblaciones enfrentando altos niveles de hambre.

Según Rein Paulsen, Director de la Oficina de Emergencias y Resiliencia de la FAO, el 21,5% de la población evaluada experimentará una crisis de hambre en 2023, resaltando la necesidad de un enfoque integrado centrado en la prevención, anticipación y preparación para romper el ciclo de crisis alimentarias a nivel mundial.

Es preocupante que conflictos, fenómenos climáticos extremos y crisis económicas continúen exacerbando las crisis alimentarias, con 36 países enfrentando crisis de hambre durante ocho años consecutivos. Paulsen subrayó la importancia de abordar las causas profundas de la inseguridad alimentaria aguda y resaltó la naturaleza interconectada de los principales factores, lo que dificulta la recuperación de los hogares afectados.

La situación en Sudán se destaca como una de las crisis de hambre más graves a nivel mundial, con 18 millones de personas enfrentando inseguridad alimentaria aguda. El impacto de la guerra civil y la crisis climática han agravado la inseguridad alimentaria en el país, destacando la urgencia de acciones para abordar estos problemas subyacentes y evitar una mayor escalada de las crisis alimentarias.

Al enfrentar los complejos desafíos de la inseguridad alimentaria aguda, es esencial priorizar soluciones sostenibles que aborden los factores interconectados del hambre a nivel global. Un enfoque integral que combine la asistencia humanitaria con estrategias de desarrollo a largo plazo puede trabajar por un futuro con mayor seguridad alimentaria para todos.

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