Este jueves 25 de abril se conmemoró en todo el mundo el 17° Día Mundial de la Malaria, un evento de gran importancia para concienciar sobre esta enfermedad que continúa siendo un desafío significativo en términos de salud pública, especialmente en la República Democrática del Congo (RDC).
Las cifras del Programa Nacional de Control de la Malaria de la RDC revelan una situación alarmante: en 2022, se registraron más de 27 millones de casos de malaria en el país, con una incidencia particularmente alta en niños menores de cinco años y mujeres embarazadas. En 2023, estas cifras lamentablemente se han mantenido o incluso incrementado, con un constante aumento de muertes atribuidas a la enfermedad. Esta realidad resalta la urgencia de tomar medidas urgentes y coordinadas para combatir esta endemia y reducir su impacto devastador.
El Ministro de Salud, Higiene y Prevención de la RDC, Roger Samuel Kamba, ha enfatizado la gravedad de la situación, instando a un cambio radical de comportamiento por parte de la población. Según él, la lucha contra la malaria no puede limitarse a discursos, sino que requiere la participación activa de cada individuo, tanto en zonas urbanas como rurales. La visión de lograr un Congo libre de malaria debe ser una meta compartida y puesta en práctica a través de acciones cotidianas y una mayor concienciación.
Simultáneamente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado un informe destacando el papel crucial de la RDC en la lucha contra la malaria, siendo uno de los veintinueve países con la mayoría de casos a nivel mundial. Este reconocimiento internacional subraya la importancia de fortalecer los esfuerzos nacionales e internacionales para contener la enfermedad y avanzar hacia su erradicación.
En el marco de este Día Mundial de la Malaria, el tema seleccionado, “género, equidad en salud y derechos humanos”, enfatiza la importancia de liderar una lucha equitativa contra esta enfermedad, considerando las disparidades sociales, de género y de acceso a la atención médica. El objetivo final es acelerar la lucha contra la malaria para avanzar hacia un mundo más justo y equitativo, donde la salud de todos sea una prioridad compartida.
En conclusión, el 17° Día Mundial de la Malaria nos insta a actuar colectivamente para combatir esta enfermedad devastadora. Solo mediante la unión de esfuerzos y la adopción de comportamientos responsables podremos aspirar a un mundo sin malaria, donde prevalezca la salud y el bienestar de todos.