Universidades israelíes: pilar de la controvertida industria militar

La universidad es comúnmente considerada como un centro de saber, investigación y aprendizaje. Sin embargo, bajo su fachada académica, a veces se ocultan aspectos controvertidos y oscuros de su historia. Tal es el caso de las universidades israelíes, que han tenido un rol fundamental en el desarrollo de la industria militar en Israel.

Desde sus inicios, las universidades israelíes han estado estrechamente ligadas a actividades militares, respaldando los esfuerzos del joven Estado. El Technion en Haifa, el Instituto Weizmann de Ciencias en Rehovot y la Universidad Hebrea de Jerusalén fueron establecidos con el propósito de fortalecer a Israel. Desde temprano, estas instituciones se movilizaron para desarrollar y fabricar armas con el objetivo de reforzar las capacidades militares del país.

En 1946, la milicia sionista Haganah creó HEMED, el Cuerpo Científico, estableciendo bases en los campus universitarios. Rápidamente, las universidades se convirtieron en centros de investigación y producción de armas. Por ejemplo, un estudiante de microbiología de la Universidad Hebrea lideró el departamento de biología de HEMED en 1948, desarrollando bacterias tifoideas y disentéricas con propósitos de armamento biológico.

Durante la primavera de 1948, las milicias sionistas, incluida la Haganah, llevaron a cabo campañas militares para expulsar a los palestinos de sus tierras. HEMED brindó un crucial apoyo a dichos esfuerzos mediante investigaciones en química, biología y armas nucleares, con la colaboración de estudiantes e investigadores universitarios.

La Operación Echa Tu Pan, ejecutada por la Haganah con bacterias de tifoidea y disentería, fue un acto de guerra biológica destinado a contaminar las fuentes de agua palestinas para evitar el regreso de los refugiados desplazados. A pesar de intentos de envenenamiento del agua en distintas localidades palestinas, el efecto deseado no se logró.

En gran medida, las autoridades sionistas ocultaron y negaron la participación de las universidades en estas actividades militares. Sin embargo, evidencias de las acciones de HEMED llegaron al Consejo de Seguridad de la ONU, revelando el turbio rol de las instituciones académicas en los conflictos de la época.

El fin de la guerra de 1948 no marcó el cese de la militarización de las universidades israelíes. Por el contrario, el Instituto Weizmann y el Technion continuaron teniendo un rol clave en el desarrollo de las industrias militares de Israel, configurando así el futuro de la nación.

Esta compleja y a menudo opacada historia resalta la estrecha conexión entre la academia y la industria bélica en Israel. Plantea dilemas éticos y morales sobre la implicación de las universidades en conflictos armados, y llama a una profunda reflexión sobre la responsabilidad de las instituciones académicas en la construcción de la paz y la seguridad global.

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