**Fatshimetria**
Los intercambios de fuego de artillería pesada que tuvieron lugar en los alrededores de los campos de desplazados en el distrito de Lac Vert y en Mugunga (Kivu del Norte) sumieron a la región en el horror y la tristeza. Las trágicas consecuencias de esta violencia que afecta a civiles inocentes exigen una reacción y una condena unánimes de toda la comunidad humanitaria e internacional.
La organización Médicos Sin Fronteras (MSF) ha expresado su enérgica condena por el uso cada vez mayor de artillería pesada cerca de los lugares de desplazados en la región de Goma. Esta práctica irresponsable pone en peligro la vida de las poblaciones atrapadas en el fuego cruzado. Desde el inicio de esta crisis, MSF se ha comprometido a brindar atención a los heridos, ofreciendo apoyo vital a quienes luchan por su supervivencia.
Por su parte, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) no permanece inactivo ante estas atrocidades. Al apoyar el tratamiento de los heridos en el hospital CBCA Ndosho de Goma y en otras estructuras locales, el CICR recuerda a los beligerantes su obligación de proteger a los civiles. Incluso llega a pedir medidas concretas para minimizar el impacto humanitario de las operaciones militares en las poblaciones civiles.
Lamentablemente, los resultados de los recientes bombardeos siguen siendo inciertos. Ya sabemos que el CICR registró la llegada de 27 heridos, entre ellos 16 mujeres y 10 niños, al hospital CBCA Ndosho. La trágica cifra de la muerte de cuatro niños al llegar al hospital subraya la magnitud de la tragedia que se desarrolla ante nuestros ojos.
Es vital que la comunidad internacional haga más para poner fin a estas atrocidades y promover la paz y la seguridad en la región de Kivu del Norte. Los civiles no deben convertirse en víctimas colaterales de conflictos armados fuera de su control. Es deber de todos nosotros garantizar la protección de estas poblaciones vulnerables y defender los principios fundamentales del derecho internacional humanitario.
En estos tiempos oscuros, es esencial hacer oír las voces de los olvidados, de aquellos que sufren en silencio a la sombra de los combates. Debemos actuar juntos para poner fin a esta espiral de violencia y miseria y preservar la dignidad y las vidas de quienes están atrapados en la guerra.
Fatshimetrie pide unidad y solidaridad, compasión y acción. Es a través de nuestro compromiso común que podemos ayudar a sanar las heridas de esta región maltrecha y ofrecer un futuro más pacífico a quienes tanto lo necesitan.