El miércoles 8 de mayo, la localidad de Beni, situada en la inquieta provincia de Kivu del Norte, fue escenario de una movilización sin precedentes de mototaxistas. ¿El motivo de esta insólita revuelta? El brutal asesinato de uno de sus compañeros, ocurrido la noche anterior. Como muestra de solidaridad y protesta, los conductores decidieron organizar una jornada sin taxis, paralizando así las principales vías de circulación de la ciudad.
El bulevar Nyamwisi, una arteria estratégica que conduce al aeropuerto de Mavivi, se encontró bloqueado por barricadas levantadas por manifestantes enojados. A pesar de los intentos de las fuerzas del orden por eliminar los obstáculos, los jóvenes siguen levantando nuevas barricadas, obligando a los conductores de vehículos privados a pagar para poder viajar.
Esta jornada de protesta sembró confusión en la ciudad, dificultando la movilidad de funcionarios y estudiantes que luchan por llegar a sus lugares de trabajo y estudio. Algunos conductores de mototaxis, que se negaron a unirse al movimiento huelguista, fueron acosados por sus colegas, lo que exacerbó las tensiones dentro de la profesión.
También se produjeron incidentes durante la vigilia fúnebre organizada en homenaje al taxista asesinado en el distrito de Boikene. Los manifestantes intentaron bloquear un convoy de la MONUSCO que se dirigía hacia la base de Mavivi, lo que obligó a la policía a intervenir y realizar disparos de advertencia para garantizar la seguridad del convoy.
A pesar de estas tensiones y agitaciones, no se registraron heridos ni daños materiales tras estos incidentes. Este día sin taxis en Beni ilustra la profunda precariedad y el clima de inseguridad que reinan en esta atormentada región de Kivu del Norte, y subraya la necesidad de que las autoridades tomen medidas eficaces para garantizar la seguridad de los ciudadanos y el buen funcionamiento de los servicios de transporte.