Los nigerianos expresan su enojo por el nuevo impuesto a la ciberseguridad impuesto por el Banco Central

Las recientes directivas del Banco Central de Nigeria (CBN) sobre la introducción de un impuesto de ciberseguridad sobre las transacciones bancarias han provocado una ola de controversia entre los nigerianos. La medida, que impondrá un impuesto del 0,5% a prácticamente todas las transacciones electrónicas, llega en un momento en que la población del país enfrenta una serie de importantes desafíos económicos.

El Congreso de Sindicatos de Nigeria (TUC) reaccionó enérgicamente al anuncio, denunciando la introducción de este nuevo impuesto en un momento en el que los nigerianos ya luchan contra el elevado coste de la vida. El TUC destacó la devaluación de la naira, el aumento del precio del petróleo y el reciente aumento de las tarifas eléctricas entre los muchos desafíos que enfrenta la población.

En una declaración emitida por el presidente del TUC, Festus Osifo, la organización criticó la adición de este impuesto adicional cuando los nigerianos ya están sujetos a múltiples gravámenes impositivos por parte de los bancos y el gobierno. El TUC lamentó que las políticas implementadas por el gobierno hayan provocado mayores dificultades económicas para los ciudadanos y las empresas del país.

El TUC ha expresado su descontento con las políticas actuales del gobierno, calificándolas de fuente de dolor y sufrimiento para la gente. La organización también acusó a la Asamblea Nacional de colaborar con el ejecutivo para explotar al pueblo.

Para el TUC, la introducción de este impuesto a la ciberseguridad se considera una conspiración de los opresores contra las masas. Por tanto, la organización pide una resistencia colectiva contra esta medida considerada injusta y opresiva.

En conclusión, la decisión del CBN de imponer un impuesto de ciberseguridad a las transacciones bancarias en Nigeria plantea preocupaciones legítimas entre la población, ya afectada por las dificultades económicas actuales. Es fundamental que las autoridades tengan en cuenta las preocupaciones legítimas de los nigerianos y reconsideren esta medida para garantizar una distribución equitativa de las cargas fiscales y proteger los intereses de los ciudadanos.

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