El 9 de mayo Rusia celebró con pompa la Victoria, bajo las órdenes de su presidente Vladimir Putin. Esta conmemoración anual rinde homenaje al fin de la Segunda Guerra Mundial y a la resistencia del pueblo ruso frente a la ocupación nazi.
Durante el desfile militar que tuvo lugar en la Plaza Roja de Moscú, la presencia de misiles Yars y equipamiento militar simbolizó no sólo la fuerza y el poder del ejército ruso, sino también el mensaje de disuasión nuclear enviado por Putin a Occidente.
Sin embargo, más allá de las demostraciones de fuerza, esta celebración tiene un profundo significado histórico para Rusia. Recuerda los inconmensurables sacrificios sufridos por el pueblo soviético durante la Gran Guerra Patria, durante la cual se perdieron millones de vidas. La victoria sobre la Alemania nazi sigue siendo un pilar fundamental de la identidad nacional rusa, lo que demuestra su capacidad para superar desafíos colosales.
Putin aprovechó esta plataforma para saludar la valentía de las tropas rusas implicadas en el conflicto de Ucrania, al tiempo que denunció la injerencia occidental en los asuntos internacionales. Subrayó la voluntad de Rusia de impedir cualquier confrontación global, afirmando al mismo tiempo su determinación de defender sus intereses estratégicos a toda costa.
La presencia de dignatarios extranjeros y ex funcionarios soviéticos durante esta celebración atestigua la importancia histórica de este evento para Rusia y sus antiguos aliados. Al recordar el sufrimiento soportado por las ciudades mártires de Stalingrado, Kursk y Leningrado, Putin colocó esta conmemoración en una fuerte continuidad histórica y conmemorativa.
Más allá de la dimensión política, el Día de la Victoria es también una oportunidad para que muchas familias rusas rindan homenaje a sus seres queridos que lucharon en la Segunda Guerra Mundial. La tradición del «Regimiento Inmortal», que consistía en desfilar con la foto de un antepasado que participó en la guerra, ha pasado a formar parte de la memoria colectiva rusa y constituye un precioso patrimonio transmitido de generación en generación.
En conclusión, la celebración de la Victoria en Rusia es mucho más que un simple evento conmemorativo. Ella encarna la resiliencia, la determinación y el orgullo de un pueblo que supo superar las pruebas más trágicas de la historia. Más allá de las divisiones políticas y las tensiones internacionales, este día sigue siendo un momento de contemplación y recuerdo para todos los rusos, uniendo a generaciones en torno a un mismo patrimonio histórico.