Las recientes elecciones presidenciales en Chad provocaron fuertes reacciones y protestas, con la proclamación de Mahamat Deby Itno como nuevo jefe de Estado. Los resultados provisionales anunciados el jueves dieron la victoria a Deby Itno con más del 61% de los votos, por delante de su principal rival, el primer ministro Succès Masra, que obtuvo más del 18,5% de los sufragios. A este anuncio le siguieron incidentes violentos en la capital.
Es importante señalar que estas elecciones tuvieron lugar después de tres años de régimen militar en Chad, lo que marcó un punto de inflexión en la historia política del país. Mahamat Deby Itno, también conocido como Mahamat Idriss Deby, asumió el poder tras la muerte de su padre, quien gobernó el país durante tres décadas antes de morir durante los combates contra los rebeldes en 2021.
Chad, un país exportador de petróleo con una población de casi 18 millones de habitantes, no ha experimentado una transferencia democrática de poder desde su independencia en 1960. Por lo tanto, la comunidad internacional esperaba con impaciencia estas elecciones para medir la voluntad del país de embarcarse en la camino hacia la democracia.
Sin embargo, las protestas planteadas por el Primer Ministro Masra incluso antes de que se anunciaran los resultados ponen de relieve los temores de manipulación electoral. Las acusaciones formuladas por Masra contra las autoridades demuestran las tensiones políticas y los problemas que rodean estas elecciones.
En resumen, la proclamación de Mahamat Deby Itno como ganador de las elecciones presidenciales en Chad marca un hito importante en la historia política del país. Los desafíos que le esperan al nuevo presidente serán numerosos, particularmente en términos de consolidación de la democracia y la reconciliación nacional. La comunidad internacional seguirá de cerca los acontecimientos en Chad en los próximos meses, buscando señales de una transición democrática exitosa.