La jornada del sábado 11 de mayo quedará grabada en la memoria de todos por su conmovedor homenaje a las víctimas de los bombardeos contra los asentamientos de desplazados en Kivu del Norte. De hecho, en la parroquia de Nuestra Señora de Fátima, en Kinshasa Gombe, se celebró una misa de acción de gracias, impregnada de solemnidad y contemplación. Esta reunión, orquestada por los notables y las comunidades del Gran Kivu, tenía como objetivo expresar una profunda solidaridad con quienes sufrieron los recientes bombardeos de los campos de desplazados cerca de Goma.
En un compasivo discurso, el padre Eric Mashako condenó enérgicamente estos actos de violencia, calificándolos de verdaderos crímenes de guerra. Instó a la comunidad internacional a hacer frente a esta tragedia que sacude actualmente la región de Kivu del Norte. A través de la voz de Joseph Nkinzo, portavoz de los notables y de las comunidades del Gran Kivu, se expresó claramente el llamamiento a la unidad nacional. Subrayó que, en momentos tan dolorosos y turbulentos, todos los congoleños deben unir sus corazones para implorar la misericordia divina por la paz en el este de la República Democrática del Congo.
Este encuentro ofreció una profunda manifestación de solidaridad nacional, reuniendo a comunidades de varias regiones del país. El senador Denis Kambay, presidente de la asociación Grand Kasai, recordó la necesidad imperiosa de preservar la unidad del Congo frente a los conflictos que azotan al país. También intervinieron los familiares de las víctimas, que abogaron por una unidad nacional inquebrantable y denunciaron las divisiones étnicas que a menudo constituyen un caldo de cultivo para los conflictos. Bénis Neze, miembro de la intercomunidad de Kivu Norte, subrayó la urgencia de una mayor conciencia de la comunidad internacional sobre la verdadera naturaleza del conflicto, con el fin de promover soluciones duraderas y pacíficas.
En resumen, esta misa de acción de gracias seguirá siendo un fuerte símbolo de solidaridad, unidad y llamado a la paz. En estos tiempos de tormento, es esencial que todos, a su nivel, se comprometan por un futuro de reconciliación y fraternidad en la República Democrática del Congo.