Transición energética en Sudáfrica: cuestiones y desafíos eminentes

Fatshimetria

El mundo de la energía está cambiando y las elecciones celebradas en Sudáfrica el 29 de mayo pusieron de relieve la importancia crucial de la transición energética para el país. Las prioridades de desarrollo nacional, centradas en la energía y el desempleo, están en el centro de la Asociación para una Transición Energética Justa (JETP), destacando la urgencia de actuar ante los desafíos climáticos.

Durante mucho tiempo, la cadena de valor en torno a Eskom ha sido una importante fuente de rentas para algunos actores poderosos vinculados a determinadas facciones del Congreso Nacional Africano (ANC), en particular aquellos asociados con el ex presidente Jacob Zuma. Hoy, sin embargo, el presidente Cyril Ramaphosa lidera una facción política diferente dentro del ANC, con menos intereses en combustibles fósiles.

Eskom está en crisis y ha sufrido graves cortes de energía en los últimos años. La creciente deuda de Eskom está teniendo efectos devastadores en la economía y las finanzas públicas del gobierno. Esta precaria situación del sistema eléctrico y su impacto negativo en la economía en general empaña el historial del ANC en el poder.

A pesar de los intereses tanto de las élites como de los populares a favor de una transición energética, algunos miembros del ANC continúan haciendo campaña por el pleno desarrollo de los combustibles fósiles, en particular el carbón, por temor a pérdidas de empleos relacionadas con esta inevitable transición.

Las posiciones divergentes dentro del ANC representan un desafío para Ramaphosa y para una transición energética rápida y equitativa. La propuesta del Ministro de Recursos Minerales y Energía, Gwede Mantashe, de extender la vida útil de algunas centrales eléctricas alimentadas con carbón en el Plan de Recursos Integrados refleja tensiones internas dentro del propio ANC.

Conciliar estas posiciones contradictorias dentro del propio partido y el panorama político más amplio será aún más difícil si el ANC debe formar un gobierno de coalición después de las elecciones.

Irónicamente, el ex presidente Jacob Zuma, considerado en parte responsable de los problemas de Eskom, ahora está haciendo campaña para el nuevo partido uMkhonto weSizwe, debilitando aún más las perspectivas electorales del ANC.

Muchos consideran que estas elecciones son las más importantes desde el fin del apartheid en 1994. La implementación de una transición energética justa en uno de los países más desiguales del mundo se convierte así en un tema importante para las próximas elecciones.

En este contexto, las comunidades y los sindicatos mineros desempeñan un papel crucial, con potencial poder de veto, y la Asociación para una Transición Energética Justa pretende compensarlos o al menos apaciguarlos..

El Plan de Inversión JETP destaca la justicia restaurativa para las comunidades mineras en la transición fuera del carbón, destacando la reducción de la inseguridad energética, la pobreza y la creación de empleos de calidad en nuevos sectores como los vehículos eléctricos, el hidrógeno verde, las energías renovables y la manufactura. La mayoría de las inversiones para la transición justa se asignan a regiones donde se concentran minas de carbón y centrales térmicas.

No son sólo los grupos de interés organizados los que piden al gobierno que tome la iniciativa en la transición energética justa. Los ciudadanos quieren que el gobierno limite el cambio climático y sus impactos (41%), y en este sentido es crucial implementar una transición energética justa. Por el contrario, sólo una minoría de sudafricanos ve a los países ricos o desarrollados (5%) como los principales responsables de tomar medidas climáticas en el país.

Este deseo atribuido al gobierno sudafricano de responsabilidad en la acción climática se alinea fuertemente con el acuerdo de financiación climática de la Asociación para una Transición Energética Justa. Donantes internacionales como Estados Unidos, Reino Unido y Países Bajos han prometido 11.900 millones de dólares para apoyar los planes de transición energética del gobierno.

El camino hacia una transición energética justa en Sudáfrica está plagado de desafíos políticos, económicos y sociales. Los desafíos que tenemos por delante son inmensos, pero el compromiso con un futuro más verde y justo parece estar en la agenda, impulsado por la voluntad popular y sólidas alianzas internacionales.

En conclusión, la transición energética en Sudáfrica no es sólo una necesidad ambiental, sino una oportunidad para reformar fundamentalmente el panorama energético y económico del país, respondiendo a los desafíos del cambio climático y la injusticia social. Las decisiones que se tomen hoy darán forma al futuro del país y determinarán su papel en la lucha global contra el calentamiento global.

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