Crisis salarial de los docentes en la República Democrática del Congo: un obstáculo para una educación de calidad

En la región de Kota-koli y Businga, en la República Democrática del Congo, un problema importante afecta al funcionamiento de las escuelas: el impago de los salarios de los profesores. A pesar de su presencia física en las escuelas, normalmente no imparten clases debido a atrasos salariales no pagados por Cáritas Molegbe.

Esta situación preocupa a los miembros de la sociedad civil local, en particular a Égide Kogere y François Kangini, que advierten de las consecuencias perjudiciales para los estudiantes, en particular para aquellos que deben realizar exámenes de certificación en junio. De hecho, la falta de motivación de los profesores ligada a los dos meses de atrasos impagos compromete gravemente el progreso del año escolar.

Esta crisis afecta también a otras regiones donde Cáritas/Congo participa en el pago de los salarios de los docentes. Si bien algunas zonas han visto avances en la liquidación de los atrasos, siguen existiendo focos de resistencia, como en Businga, donde los docentes todavía luchan por recibir el pago de los meses de marzo y abril de 2024.

La situación es aún más preocupante a medida que se acerca el final del año escolar, marcado por la realización de exámenes de certificación como el Exetat, el TENASOSP y el ENAFEP. Las exigencias de los docentes son cada vez más apremiantes, poniendo en peligro el éxito académico de los estudiantes y la calidad de la educación impartida.

Ante este tenso contexto, es crucial que se encuentren soluciones rápidas y duraderas para garantizar el buen funcionamiento de las escuelas y el bienestar de los docentes. La educación es un pilar esencial del desarrollo de cualquier sociedad, y es imperativo apoyar a las partes interesadas en la educación para garantizar un futuro mejor para las generaciones futuras.

En un contexto donde el acceso a una educación de calidad ya es un desafío, es fundamental que las autoridades competentes y las organizaciones involucradas en el sector educativo tomen medidas concretas para resolver esta crisis salarial. Los estudiantes merecen recibir una educación de calidad y los docentes merecen ser respetados y compensados ​​de manera justa por su trabajo esencial en la formación de las generaciones futuras.

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