Los conmovedores funerales de los desplazados: la jornada de contemplación en Goma

Rebobinemos el hilo de este día tan especial en Goma, donde el ambiente se vuelve más pesado al ritmo de los atascos que obstruyen sus arterias. Este miércoles 15 de mayo de 2024 quedará grabado en la memoria de los habitantes, no por una festividad o una celebración, sino por los conmovedores funerales de las víctimas desplazadas de la explosión en los campos de Mugunga y Lac-Vert.

La Carretera Nacional número 2, normalmente bulliciosa por el incesante ballet de vehículos, se encuentra hoy desierta, cerrada para dar paso a los homenajes a los difuntos. Los que llegan tarde, atrapados en los atascos, contemplan con impaciencia este camino de piedra que parece extenderse hasta donde alcanza la vista, como un largo corredor que conduce al destino final.

En Kibati, corazón de las ceremonias fúnebres, la explanada del Unity Stadium se ha transformado en un santuario efímero, donde descansan los cuerpos de los difuntos a la espera de su viaje final a la madre tierra. Las miradas están marcadas por la tristeza, las mentes marcadas por el peso de la tragedia, mientras la ciudad entera resuena con las lágrimas y oraciones de las familias afligidas.

En esta conmovedora imagen también emerge el retrato de los motociclistas, desafiando los atascos para completar una última carrera, antes de que el manto de la noche caiga sobre la ciudad. Sus siluetas se deslizan como sombras fugaces, entre los coches detenidos, buscando un pasaje salvador, un viaje extra para alimentar a su familia.

Mientras tanto, el precio del transporte público se dispara, arrastrado por la ola de demandas apremiantes y limitaciones de viaje. Los 1.500 francos congoleños reclamados para una simple carrera atestiguan el fervor y el frenesí que animan las calles de Goma en este día como ningún otro.

A lo largo de esta accidentada crónica queda patente la necesidad de repensar el urbanismo y promover infraestructuras secundarias para aliviar la congestión. Resulta evidente la visión de una red viaria más fluida y mejor adaptada a las necesidades de la población, un horizonte a alcanzar para remediar los males que aquejan al tráfico en la ciudad.

En definitiva, este día memorable en Goma, marcado por las despedidas de los desplazados arrastrados por la explosión, revela las fallas y los desafíos que aguardan a la ciudad. Entre la emoción y el pragmatismo, entre el caos y la esperanza, se teje el complejo tejido de una sociedad en movimiento, en busca de un camino hacia un futuro más sereno y armonioso.

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