La emergencia humanitaria que enfrentan decenas de palestinos desplazados en el norte de Muwasi es un conmovedor recordatorio de las precarias condiciones de vida que soportan muchos refugiados en la región. Si bien miles de personas viven en condiciones deplorables, con acceso limitado o nulo a agua potable, servicios sanitarios y retretes, la situación se está volviendo cada vez más difícil de soportar, especialmente porque la ola de calor de principios de verano empeora la situación en el campamento superpoblado.
En las últimas semanas, miles de personas han huido de la ciudad más meridional de Rafah hacia Muwasi, tras una nueva ofensiva militar israelí en Rafah. Sin embargo, el campamento no cuenta con la infraestructura básica necesaria para satisfacer las necesidades básicas de la población desplazada. La vida en estas condiciones es calificada de insoportable por Mazen Abdel Dayem, un palestino desplazado de Beit Hanoun, que señala la falta de red de saneamiento, de agua potable y la negligencia de las autoridades locales.
La mayoría de la población de Gaza depende de la ayuda humanitaria para sobrevivir, pero las restricciones israelíes y los enfrentamientos en curso están obstaculizando los esfuerzos humanitarios, provocando una hambruna generalizada y un deterioro de las condiciones de salud. La organización internacional Oxfam ha advertido del riesgo de brotes de enfermedades en Gaza debido a los grandes daños a las infraestructuras de agua y saneamiento, los desplazamientos masivos de población y la llegada del verano.
Israel sostiene que no impone límites a la entrada de ayuda humanitaria y culpa a la ONU de los retrasos en la distribución. Bajo la presión de Estados Unidos, Israel abrió recientemente dos cruces para entregar ayuda en el norte de Gaza, pero señala que los ataques de Hamás en el cruce principal, Kerem Shalom, han perturbado el flujo de mercancías.
Este contexto está marcado por tensiones persistentes entre Israel y grupos militantes, en particular Hamás, que han provocado oleadas de violencia y víctimas civiles. La alarmante situación humanitaria en Gaza exige una respuesta internacional y una atención renovada para evitar una catástrofe aún mayor para las poblaciones desplazadas y vulnerables de la región.