En una entrevista reciente con Fatshimetrie, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, cuestionó enérgicamente las acusaciones de que deliberadamente esté matando de hambre a los palestinos en Gaza como parte de una estrategia de guerra. Estas acusaciones se hicieron como parte de una solicitud de órdenes de arresto actualmente bajo consideración ante la Corte Penal Internacional (CPI), y calificadas por Netanyahu como un “tejido de mentiras”.
El Fiscal de la CPI, Karim Khan, anunció recientemente que había solicitado órdenes de arresto para tres líderes de Hamás, así como para dos políticos israelíes: Netanyahu y el Ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant. Las órdenes buscan cargos de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad por los ataques del 7 de octubre en Israel y la posterior guerra en Gaza.
Netanyahu rechazó de plano estas acusaciones, denunciando a Kahn como un “fiscal ilegal” que hace acusaciones falsas y crea simetrías peligrosas y engañosas. Dijo que Israel estaba permitiendo la entrada de alimentos y ayuda médica a Gaza, donde los grupos humanitarios advierten sobre el riesgo de hambruna en el enclave palestino bloqueado. Netanyahu señaló que se había permitido la entrada a Gaza de 20.000 camiones de ayuda, aunque eso era sólo una fracción de lo que se habría permitido en circunstancias normales.
El actual asedio de Israel a Gaza, tras los ataques terroristas de Hamás del 7 de octubre, ha llegado a su séptimo mes, provocando la muerte de más de 34.000 personas. Se han planteado serias dudas sobre la estrategia a largo plazo del ejército israelí después de que envió tropas de regreso a áreas del norte de Gaza inicialmente declaradas libres de la presencia de Hamás.
El Ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, pidió recientemente a Netanyahu que descarte públicamente el gobierno israelí de la Franja de Gaza y describa sus planes de posguerra para un gobierno civil en Gaza, advirtiendo contra cualquier expectativa de un gobierno israelí en el enclave palestino.
Cuando se le preguntó sobre la posibilidad de revertir la ocupación israelí de Gaza, Netanyahu dijo que una «repoblación» del territorio palestino estaba fuera de discusión. Reafirmó su compromiso de erradicar a Hamás, responsable del gobierno de Gaza, antes de considerar la desmilitarización del enclave.
Dado que se cree que todavía hay más de 100 rehenes en Gaza, hay presión para llegar a un acuerdo que permita su liberación a cambio de un alto el fuego. Cuando se le preguntó sobre las encuestas públicas que muestran que la mayoría de los israelíes consideran que la liberación de los rehenes es una prioridad más alta que la acción militar, Netanyahu enfatizó que ambas están íntimamente vinculadas.. Destacó que la acción militar contra Hamás era la forma de avanzar en las negociaciones, presionando a la organización para que hiciera concesiones.
Netanyahu, muy impopular en Israel y que enfrenta un juicio por corrupción en curso, es criticado por su lealtad a miembros de su coalición de extrema derecha y por prolongar el conflicto para consolidar su control del poder.
En esta entrevista exclusiva con Fatshimetrie, Netanyahu refutó las acusaciones de que evita a los medios israelíes en favor de la prensa internacional, diciendo que ha celebrado hasta 20 conferencias de prensa con periodistas israelíes. Negó cualquier forma de evasión, insistiendo en su deseo de decir la verdad y refutar las mentiras, ya sea en los medios nacionales o internacionales.
El uso de la Corte Penal Internacional en el contexto del conflicto de Gaza constituye un importante punto de inflexión, ya que es la primera vez que la CPI apunta al líder de un aliado cercano de Estados Unidos. Aunque Israel y Estados Unidos no son miembros de la CPI, el tribunal afirmó jurisdicción sobre Gaza, Jerusalén Este y Cisjordania tras el compromiso formal de los líderes palestinos con los principios fundacionales del tribunal en 2015.
Un panel de jueces de la CPI considerará ahora la solicitud de órdenes de arresto de Kahn. Si se emiten estas órdenes, más de 100 países miembros de la corte tendrían que arrestar a Netanyahu si visitara sus territorios.
Algunos países, como Francia, apoyaron la decisión de la CPI, al igual que grupos de derechos humanos. Amnistía Internacional acogió con satisfacción la solicitud de orden de arresto como un paso crucial hacia la justicia.
Por otra parte, los aliados de Israel condenaron enérgicamente esta acción. El presidente estadounidense, Joe Biden, calificó la medida de “escandalosa” y destacó que “no hay equivalencia –ninguna– entre Israel y Hamás”. Varios legisladores estadounidenses han amenazado con sanciones contra la CPI y el secretario de Estado, Antony Blinken, ha dicho que está dispuesto a tomar medidas legislativas contra la corte.
Este caso plantea cuestiones cruciales sobre la justicia internacional, las relaciones diplomáticas y la responsabilidad de los líderes en tiempos de conflicto. Mientras persisten las tensiones en el Medio Oriente, buscar soluciones pacíficas y equitativas es esencial para lograr una resolución duradera.