En un trágico accidente ocurrido el martes en la región de Monufiya, al noroeste de El Cairo, en Egipto, el número de muertos por la caída de un microbús al Nilo se elevó a 18 muertos. Entre estas víctimas se encontraban adolescentes de 16 años o menos, así como una mujer de 40 años.
Información reportada por medios locales reporta un altercado verbal entre el conductor del microbús y un individuo que viajaba en el ferry, altercado que presuntamente empujó al conductor a abandonar el vehículo sin accionar el freno, provocándole caer al río.
Las primeras investigaciones condujeron a la detención del conductor que intentó huir del lugar. Actualmente, los equipos de rescate están trabajando para encontrar a las víctimas restantes, mientras que el microbús ha sido extraído de las aguas del Nilo.
La justicia egipcia se hizo cargo del caso deteniendo al conductor del microbús así como a dos empleados del ferry, acusándolos de homicidio involuntario y de lesiones a otros nueve pasajeros. Los sospechosos fueron sometidos a una evaluación toxicológica y se pidió a especialistas del municipio donde opera el ferry que aclararan la investigación.
Esta tragedia nos recuerda una vez más la importancia de la seguridad en el transporte público y plantea dudas sobre la normativa vigente para prevenir este tipo de accidentes. Mientras se esperan los resultados de la investigación, es crucial aprender lecciones de esta tragedia para evitar que un accidente como este vuelva a ocurrir en el futuro.
Mientras Egipto lamenta la pérdida de estas vidas, es esencial que se arroje luz sobre las circunstancias exactas de esta tragedia y que se tomen medidas para garantizar la seguridad de los pasajeros en las carreteras y vías navegables del país.