El choque político entre ex líderes y miembros del partido gobernante es un espectáculo bien conocido en el panorama político nigeriano. Recientemente, la escena ha estado dominada por un intercambio de críticas entre el ex presidente Olusegun Obasanjo y el partido Congreso de Todos los Progresistas (APC), liderado por Bola Tinubu.
Las tensiones llegaron a un punto crítico cuando Obasanjo criticó duramente las políticas económicas de Tinubu, incluida la eliminación de subsidios, la unificación del tipo de cambio y el controvertido manejo del golpe de Estado en Níger. Según el ex presidente, estas políticas llevaron al empobrecimiento de la economía y de los nigerianos.
En respuesta, el director nacional de APC, Bala Ibrahim, respondió calificando a Obasanjo de duro crítico y cuestionando su cordura al plantear la idea de senilidad. Dijo que desde su derrota en su intento de postularse para un tercer mandato, Obasanjo ha criticado sistemáticamente a cada régimen que lo sucede. Según él, el ex presidente se considera el único líder benévolo para Nigeria, mientras que otros son considerados malvados.
Ibrahim también señaló que, aunque Obasanjo es crítico con sus sucesores, no le fue mejor cuando estuvo en el poder, alegando que contribuyó a la fragmentación de la economía nigeriana. Cuestionó la lógica de Obasanjo al criticar las acciones de Tinubu destinadas a mejorar la economía.
Este choque político entre dos figuras clave en la escena política nigeriana plantea interrogantes sobre la naturaleza de la gobernanza, la continuidad de las políticas y la rendición de cuentas de los ex líderes ante el país. Si bien cada parte defiende su posición, es fundamental tener en cuenta que las decisiones políticas tienen un impacto directo en la vida cotidiana de los ciudadanos y que la transparencia y la rendición de cuentas son esenciales para garantizar un futuro próspero para Nigeria.
En última instancia, es esencial que los líderes actuales y pasados se centren en colaborar y resolver los desafíos que enfrenta el país, en lugar de involucrarse en disputas políticas que podrían comprometer el bienestar general de la nación. El futuro de Nigeria depende de la capacidad de sus líderes para trabajar juntos por un futuro mejor para todos los nigerianos.