En las remotas profundidades de la nación insular de Papúa Nueva Guinea, un desastre de escala inimaginable ha azotado a la aldea de Yambali. El derrumbe de una ladera provocó un torrente de escombros, arrasando con todo a su paso y dejando tras de sí un paisaje de desolación.
Las autoridades ahora temen un segundo deslizamiento de tierra y un posible brote, ya que el agua y los cuerpos quedan atrapados bajo toneladas de escombros. Serhan Aktoprak, jefe de la misión de la Organización Internacional para las Migraciones en Papúa Nueva Guinea, advirtió sobre la precaria estabilidad de la masa de escombros, agravada por las recientes lluvias y los arroyos atrapados bajo tierra.
Las cifras son aterradoras: 670 aldeanos perdieron la vida según la agencia de las Naciones Unidas, mientras que el gobierno calcula que más de 2.000 personas quedaron sepultadas bajo rocas y tierra. Sin embargo, hasta el momento sólo se han recuperado cinco cadáveres, lo que augura lo peor para las familias de los desaparecidos.
Ante esta tragedia sin precedentes, Papua Nueva Guinea ha solicitado ayuda a la comunidad internacional. Se espera un equipo australiano de respuesta a desastres, incluido un equipo de evaluación de peligros geológicos y drones para mapear la región del desastre. La próxima llegada de equipos de movimiento de tierras del ejército de Papúa desde la ciudad de Lae también promete un refuerzo crucial para las operaciones de rescate.
Más allá de las cifras y la magnitud de la tragedia, es el gesto desesperado de los aldeanos, cavando con sus propias manos entre los escombros en busca de sus seres queridos desaparecidos, lo que despierta emoción. Esta tragedia nos recuerda la fragilidad de la vida humana y la solidaridad necesaria ante la adversidad.
Papua Nueva Guinea, una nación en desarrollo con 800 idiomas y 10 millones de habitantes, enfrenta un desafío sin precedentes. En este momento oscuro, la ayuda mutua y la cooperación internacional son esenciales para brindar alivio y consuelo a una población devastada por la violencia inesperada de la naturaleza.