La reciente controversia en torno al cambio del himno nacional de Nigeria ha provocado fuertes reacciones dentro de la sociedad nigeriana. Tras la aprobación por parte del presidente Bola Tinubu del proyecto de ley sobre el himno nacional de 2024, que restablece el antiguo himno nacional «Nigeria, We Hail Thee», la ex ministra Oby Ezekwesili expresó su oposición a la reintroducción a través de su cuenta de Twitter.
Destacó que el himno abandonado, “Levántense, oh compatriotas”, sigue siendo para ella el himno nacional de Nigeria. También criticó al gobierno federal por priorizar el cambio de himno sobre otros temas apremiantes que enfrenta el país.
En un tuit, calificó la decisión de «absolutamente increíble», cuestionando cómo el gobierno podía encontrar admirable el antiguo himno nacional a pesar del uso de algunos términos controvertidos en su letra. Dijo que continuaría cantando el himno abandonado cada vez que se solicitara que se cantara el himno nacional.
Este debate en torno al himno nacional ha puesto de relieve una divergencia de opiniones dentro de la sociedad nigeriana. Por un lado, algunos ciudadanos apoyan el regreso del antiguo himno como símbolo de su herencia cultural y de su historia pasada. Por otro lado, voces como la de Oby Ezekwesili destacan la necesidad de actualizar y modernizar el himno nacional para reflejar mejor la evolución del país y su sociedad.
El uso de términos como «Tierra Nativa» y «Tribus» en el antiguo himno nacional ha sido criticado por su carácter colonial y connotaciones despectivas. En una Nigeria del siglo XXI que busca la unidad y el progreso, esta controversia plantea preguntas más amplias sobre la identidad nacional y cómo el pasado colonial continúa influyendo en el presente.
En definitiva, la cuestión del himno nacional va más allá de la simple elección de la letra o la melodía. Refleja las luchas internas para definir lo que significa ser nigeriano hoy y la necesaria reconciliación entre el rico patrimonio cultural y la visión de un futuro común e inclusivo para todos los nigerianos. Este debate representa no sólo una disputa de palabras, sino también un llamado a la unidad, la comprensión y la reconciliación en una nación en constante cambio.
Es esencial que los líderes, los ciudadanos y los actores de la sociedad civil entablen un diálogo abierto y constructivo sobre esta cuestión, a fin de encontrar puntos en común y fortalecer el sentido de pertenencia y el orgullo nacional. Porque más allá de la letra de un himno, lo que está en juego es el alma y el futuro de una nación.