El Primer Ministro de Papúa Nueva Guinea, James Marape, rindió homenaje a las víctimas del devastador deslizamiento de tierra de la semana pasada durante una visita al lugar. Los supervivientes llevaban arcilla en la cara en señal de duelo.
La visita de James Marape a la provincia de Enga, situada en el remoto norte del país, estuvo marcada por un mensaje de esperanza y apoyo a los supervivientes. Les aseguró que se estaban acelerando las labores de socorro para ayudarlos y recuperar los cuerpos de los desaparecidos. Marape destacó la importancia de las operaciones seguras, mencionando que los informes de ingeniería y sísmica indican que el terreno aún se encuentra inestable, lo que podría provocar nuevos deslizamientos de tierra.
El número de muertos sigue estando envuelto en incertidumbre: el gobierno estima más de 2.000 muertes, mientras que los concejales provinciales locales creen que la cifra real se acerca a 160. Los aldeanos han tenido que utilizar palas y herramientas agrícolas para recuperar meticulosamente los cuerpos de entre los escombros, encontrando sólo siete. cadáveres hasta el momento, a pesar de esperar la llegada de diez excavadoras y topadoras esta semana.
También se menciona que se están realizando trabajos geotérmicos, por temor a que el terreno sea inestable y pueda provocar nuevos deslizamientos de tierra. La situación es tanto más crítica cuanto que el país forma parte de la Commonwealth; su jefe de estado es el monarca británico, Carlos III.
Este desastre pone de relieve la fragilidad del medio ambiente en esta región y subraya la importancia de las medidas preventivas de seguridad. Las autoridades locales y nacionales deben seguir trabajando juntas para apoyar a los supervivientes, proteger la región y prevenir futuras tragedias como ésta.