Fatshimetria
El reciente corte de energía en Nigeria desde el lunes 3 de junio de 2024 hasta el martes 4 de junio de 2024 sumió al país en la oscuridad durante más de un día. Sin embargo, Nigeria siempre se ha enfrentado a cortes de energía. Esta situación plantea la cuestión de la confiabilidad de la infraestructura energética en el país y pone de relieve un problema recurrente que afecta a millones de personas a diario.
Curiosamente, otros países también se han enfrentado a cortes de energía prolongados. Tomemos el ejemplo de Filipinas en 2013, donde el tifón Haiyan dejó a 6,7 millones de personas sin electricidad durante 6.300 millones de horas, lo que demuestra la vulnerabilidad de la infraestructura a los desastres naturales. De manera similar, el huracán María en Puerto Rico en 2017 dejó a más de 1,5 millones de personas sin electricidad durante 3.400 millones de horas, lo que puso de relieve la fragilidad de la red eléctrica y la necesidad de una planificación de emergencia a largo plazo.
Más allá de estos ejemplos, la crisis eléctrica en Auckland, Nueva Zelanda, en 1998, que duró cinco semanas debido a cortes de cableado, afectó profundamente la vida de miles de personas. Este incidente destacó la importancia del mantenimiento de la infraestructura y la planificación de redundancia para evitar interrupciones generalizadas.
En 2019, Venezuela también experimentó un grave corte de energía, que provocó importantes perturbaciones y afectó a 30 millones de personas durante casi una semana. Este evento tuvo consecuencias sobre los servicios esenciales y la actividad económica del país.
En India, en 2012, más de 670 millones de personas se vieron afectadas por un corte de energía, lo que pone de relieve los desafíos que enfrentan muchos países en el suministro de energía.
Estos ejemplos muestran cómo los cortes de energía prolongados pueden tener repercusiones devastadoras en la vida diaria de las personas y en la economía de un país. Es crucial que los gobiernos inviertan en infraestructura sólida y resiliente, así como en planes de contingencia para hacer frente a tales situaciones.
En conclusión, los cortes de energía prolongados son un problema global que requiere especial atención y medidas preventivas adecuadas. Es esencial que los países fortalezcan su infraestructura energética y desarrollen estrategias para garantizar el suministro continuo de electricidad, asegurando así la estabilidad y el bienestar de sus ciudadanos.