Fatshimetrie: lo que necesitas saber sobre la hidratación de los bebés
La nutrición del bebé es un tema crucial para los nuevos padres y la hidratación no es una excepción. Es importante comprender por qué es fundamental nunca darle agua a un bebé. Los bebés necesitan comer varias veces al día porque sus estómagos son pequeños y sólo pueden contener de una a dos cucharadas, o de cinco a diez mililitros, de líquido al nacer.
El agua es inútil y no contiene nutrientes esenciales.
Es fundamental no darle agua al bebé porque le llena el estómago innecesariamente, lo que dificulta la absorción de nutrientes esenciales como grasas, calorías, minerales y vitaminas. En cambio, se recomienda alimentarlos con leche materna o fórmula, que es rica en nutrientes necesarios para su crecimiento y desarrollo.
Riesgo de intoxicación por agua.
Darle agua a un bebé puede causarle intoxicación por agua. Los riñones de un bebé no están tan maduros como los de un adulto y no pueden tolerar tanta agua. Incluso una pequeña cantidad de agua administrada a un bebé menor de seis meses en un corto período de tiempo puede provocar hiponatremia, que puede causar la muerte o inflamación del cerebro.
¿Cuándo pueden los bebés beber agua?
Durante los primeros seis meses, el estómago del bebé se desarrolla gradualmente, alcanzando una capacidad de 2,7 a 5 onzas en un mes. Luego pueden contener alrededor de siete onzas de agua en seis meses.
Se pueden introducir pequeñas cantidades de agua alrededor de los seis meses de edad, pero la leche materna o la fórmula deben seguir siendo la principal fuente de nutrición e hidratación del bebé. La mayoría de los bebés todavía prefieren la leche y ven el agua como una curiosidad, pero esto cambiará. Los bebés pueden empezar a beber más agua al año de edad, acompañado de una dieta saludable y leche de vaca.
Fatshimetrie desea recordar a los padres la importancia crucial de hidratar a los bebés y la necesidad de favorecer la leche materna o la fórmula para garantizar su crecimiento y desarrollo óptimos. Es esencial nunca subestimar el impacto potencialmente dañino de darle agua a un bebé, para garantizar su salud y bienestar a largo plazo.