Entre bastidores de la escena política de Nigeria, estalló una acalorada polémica entre Atiku, candidato del Partido Democrático Popular (PDP) en las elecciones presidenciales de 2023, y el presidente Tinubu. Este último sorprendió a todo el país durante su discurso inaugural el 25 de mayo de 2023 al anunciar el fin de los subsidios, lo que provocó un aumento vertiginoso del precio de la gasolina, pasando de 180 ₦ a más de 600 ₦.
Sin embargo, informes recientes de los medios de comunicación han revelado que el gobierno federal continúa pagando subsidios al combustible a pesar del precio exorbitante del litro.
Atiku criticó duramente a Tinubu por la decisión y expresó su consternación «al enterarse a través de informes de los medios de que el gobierno continúa apoyando el consumo posterior». También señaló que la llamada eliminación de los subsidios al combustible se ha convertido en un “motivo de orgullo para Tinubu y los funcionarios de su administración”.
Refutando la falta de transparencia de Tinubu sobre la cuestión de los subsidios, Atiku señaló el gasto estimado del Gobierno Federal de 5,4 billones de naira en 2024 en subsidios al combustible, frente a 3,6 billones de naira en 2023. Lamentó que, a pesar de las declaraciones de Tinubu sobre la retirada de subsidios , se siguen desembolsando discretamente, sin que los nigerianos sean informados.
Esta revelación arroja dura luz sobre un sistema opaco que impacta directamente en las finanzas públicas y la vida cotidiana de los ciudadanos. Ante esta situación, es crucial que el gobierno proporcione información transparente y verificable para restaurar la confianza del pueblo nigeriano.
Este caso resalta la importancia de la responsabilidad y la rendición de cuentas de los tomadores de decisiones políticas ante la población. Los ciudadanos tienen derecho a saber la verdad sobre las políticas gubernamentales que afectan su vida diaria. Es imperativo que las autoridades actúen de manera transparente y honesta para garantizar el bienestar de todos los nigerianos.