La Comisión Presidencial sobre el Clima (PCC) emitió recientemente una severa advertencia de que Sudáfrica corre el riesgo de no alcanzar objetivos críticos de emisiones debido al retraso en la eliminación de las centrales eléctricas de carbón. Esta decisión, en particular el aplazamiento del desmantelamiento de las centrales eléctricas de Hendrina, Grootvlei y Camden hasta 2030, tiene importantes implicaciones no sólo para el medio ambiente sino también para el panorama financiero de Eskom.
El director general de Eskom, Dan Marokane, ha subrayado que posponer el desmantelamiento de estas antiguas centrales eléctricas podría costarle a la entidad estatal hasta 90 mil millones de rands. A pesar de este elevado precio, Eskom estima que los ingresos generados al mantener estas centrales eléctricas en funcionamiento hasta 2030, aproximadamente 102 mil millones de rands, compensarán los costos adicionales incurridos. Marokane justificó esta decisión como necesaria para la seguridad energética, citando preocupaciones sobre la amenaza actual de deslastre de carga.
Sin embargo, el PCC ha expresado fuertes reservas sobre la decisión de Eskom. El informe sobre el estado de la acción climática publicado por la comisión destaca las posibles consecuencias de retrasar el desmantelamiento de estas centrales eléctricas alimentadas con carbón sobre la capacidad de Sudáfrica para cumplir sus objetivos de emisiones para 2030. Además, han surgido preocupaciones sobre las implicaciones para la salud de continuar operando estas plantas de energía envejecidas, y las proyecciones indican un aumento potencial en las muertes y los costos económicos relacionados con la contaminación del aire.
Los comisionados han cuestionado la justificación de Eskom para mantener estas centrales eléctricas en línea, particularmente a la luz de las crecientes inversiones en energía renovable. El informe también enfatiza la necesidad de políticas coherentes, estructuras de gobernanza sólidas y financiación suficiente para acelerar el progreso en la lucha contra el cambio climático. Las limitadas inversiones en una transición justa para alejarse de los combustibles fósiles subrayan aún más los desafíos que enfrenta la acción climática en Sudáfrica.
A pesar de los firmes compromisos del país para combatir el cambio climático, el informe señala que el progreso va a la zaga del ritmo y la escala requeridos. Abordar estas barreras será crucial para garantizar que Sudáfrica pueda alcanzar sus objetivos de emisiones y hacer la transición hacia un sector energético más sostenible y respetuoso con el medio ambiente.
En conclusión, el debate en torno al retraso en el desmantelamiento de las centrales eléctricas de carbón en Sudáfrica subraya los complejos desafíos que enfrenta la transición energética del país. Equilibrar la seguridad energética, el crecimiento económico, la salud pública y la sostenibilidad ambiental requerirá esfuerzos concertados de todas las partes interesadas para acelerar el progreso hacia un futuro más sostenible.