Fatshimetria
La evolución de los métodos de pago electrónico en la República Democrática del Congo ha despertado recientemente el interés y las preguntas de los actores económicos y de los consumidores. El Banco Central del Congo (BCC) tomó recientemente una importante decisión con respecto a las terminales de pago electrónico (EPT) en el país, lo que desató un animado debate sobre la desdolarización de la economía congoleña.
En el centro de esta decisión está la confusión entre cajeros automáticos (Cajeros Automáticos) y POS (Terminales de Pago Electrónico). Los cajeros automáticos, o cajeros automáticos, son dispositivos que permiten a los clientes de los bancos realizar diversas transacciones bancarias de forma independiente. Desde retirar dinero hasta pagar facturas y depositar fondos, los cajeros automáticos facilitan la vida diaria de los usuarios.
Por otro lado, los POS están diseñados específicamente para que los comerciantes acepten pagos con tarjeta bancaria. Ya sea realizando una compra en una tienda, una comida en un restaurante o repostando en una gasolinera, los TPE se han vuelto imprescindibles en el panorama comercial de los países desarrollados, facilitando las transacciones electrónicas y la gestión de los flujos financieros.
El anuncio del BCC de que los TPE ya no se utilizarán en monedas extranjeras sino exclusivamente en monedas nacionales a partir del 31 de julio de 2024 ha planteado preguntas legítimas. Si esta medida pretende apuntalar el valor de la moneda nacional, algunos expertos, como Akilimali Ndatabaye de la Universidad Oficial de Bukavu, cuestionan su relevancia en el contexto económico congoleño.
De hecho, el panorama de las transacciones en la República Democrática del Congo está dominado en gran medida por el uso de efectivo y pocos hogares realizan pagos con tarjeta bancaria a diario. En tal entorno, la transición a pagos electrónicos exclusivamente en moneda nacional podría enfrentar limitaciones prácticas y culturales.
Además, la disponibilidad de VSE dentro de las empresas y la capacidad de los consumidores para adaptarse a ellas también plantean preguntas legítimas. Si Kinshasa y Lubumbashi pudieran acoger con satisfacción esta evolución, otras regiones del país podrían encontrar dificultades para cumplirlo, subraya Ndatabaye.
Ante estos desafíos, es fundamental que la transición hacia los pagos electrónicos en moneda nacional se aborde con pragmatismo y comprensión de las realidades económicas y sociales del país. Es necesario apoyar el desarrollo de la infraestructura financiera y sensibilizar a los actores económicos sobre las ventajas y posibilidades que ofrece este desarrollo.
En última instancia, la decisión del BCC plantea cuestiones esenciales sobre la transformación del panorama financiero congoleño y exige una reflexión profunda sobre los desafíos y oportunidades que representa este desarrollo.. Es hora de considerar el futuro de los pagos electrónicos en la República Democrática del Congo con lucidez y visión, con el fin de promover una transición eficiente y beneficiosa para todos los actores económicos del país.