En el panorama comercial internacional actual, queda una certeza: Estados Unidos no está a punto de volver al consenso comercial anterior a 2016. La administración Trump ha cambiado profundamente la posición tradicional del Partido Republicano, que en gran medida defendía la creencia en un libre comercio que beneficia a todos los países. Asimismo, el presidente Biden, como muchos demócratas en la década de 1990, también defendió esta visión, sentando las bases para el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y facilitando la membresía de China en la Organización Mundial del Comercio.
Sin embargo, el equipo de Biden ha expresado su deseo de realizar un cambio de paradigma. Katherine Tai, representante comercial de Estados Unidos, pidió alejarse de una “mentalidad colonial” que con demasiada frecuencia lleva a que las cadenas de suministro exploten a los países en desarrollo. La administración Biden ha dejado claro su enfoque en uno de sus principales cambios comerciales: la retirada del apoyo de Estados Unidos a los principios del comercio digital, que algunos legisladores progresistas, como la senadora Elizabeth Warren, dicen han sido secuestrados por los gigantes del comercio digital. tecnología. Otros demócratas también criticaron el enfoque de la administración.
Biden mantuvo algunos de los aranceles de Trump, lo que ilustra una tendencia proteccionista que continúa arraigándose en Washington. En abril, Biden incluso abogó por aranceles aún más altos sobre el acero y el aluminio chinos como parte de su campaña de reelección. Los líderes europeos también están preocupados por el impulso de Biden para promover créditos fiscales relacionados con el clima que podrían desviar empleos verdes de sus países a Estados Unidos.
Si Biden y Trump tienen algo en común es su postura sobre China. Biden ha utilizado sus poderes comerciales para restringir la inversión estadounidense en tecnología china, particularmente en los sectores de semiconductores, computación cuántica e inteligencia artificial. Según Bloomberg News, Biden incluso superó a Trump al agregar más empresas e individuos chinos a una lista de exportaciones restringidas.
Como presidente, Trump se ha centrado en el déficit comercial de Estados Unidos, aunque algunos economistas han advertido contra la sobreinterpretación de esas cifras. A pesar de todo, el déficit comercial aumentó bajo su presidencia.
La agresiva política comercial de Trump ha producido resultados mixtos. No pudo aprovechar plenamente su acuerdo comercial más importante, el Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá (T-MEC), que entró en vigor en julio de 2020, elogiado por expertos de la Brookings Institution por haber promovido el comercio regional.. A diferencia del TLCAN, el T-MEC también incluye nuevas disposiciones sobre comercio digital y protección laboral. La administración Biden utilizó este acuerdo para presionar a México por las prácticas laborales.
En otro acuerdo considerado histórico por Trump, los economistas concluyeron que China no había cumplido su compromiso de comprar 200 mil millones de dólares adicionales en exportaciones estadounidenses. También puso fin al apoyo de Estados Unidos al Acuerdo Transpacífico, un amplio acuerdo comercial respaldado por el presidente Barack Obama con la esperanza de acercar la región de Asia y el Pacífico a Estados Unidos. Trump se comprometió a poner fin a las nuevas conversaciones comerciales asiáticas de la administración Biden, denominadas «TPP dos».
Los aliados de Trump han sugerido que podría ir aún más lejos si gana las elecciones de noviembre. Algunos de los principales asesores económicos del ex presidente están discutiendo la posibilidad de devaluar el dólar para impulsar las exportaciones estadounidenses, una propuesta arriesgada que podría llevar a mayores costos de productos ya afectados por la inflación.
En un contexto donde cada decisión empresarial tiene implicaciones globales, Estados Unidos continúa navegando por la complejidad del comercio internacional. Los desafíos y los esfuerzos políticos continúan, marcando una era de renovación en las relaciones comerciales globales bajo el liderazgo de la administración Biden.