La historia de la democracia en Nigeria está marcada por momentos decisivos y controvertidos, incluido el levantamiento del 12 de junio. Es esencial mirar hacia el pasado para comprender las cuestiones políticas y sociales que han dado forma al panorama político de Nigeria.
Los nigerianos recordarán para siempre el 12 de junio de 1993 debido a las históricas elecciones presidenciales que tuvieron lugar ese día. La elección, que enfrentó al candidato del Partido Socialdemócrata, MKO Abiola, contra el candidato de la Convención Nacional Republicana, Bashir Othman Tofa, fue aclamada como la más pacífica en la historia de Nigeria, ofreciendo esperanzas de un retorno a la democracia después de años de dictadura militar.
Sin embargo, a pesar de los claros resultados a favor del MKO Abiola y del entusiasmo del pueblo nigeriano, las elecciones fueron canceladas por el general Ibrahim Babangida, entonces Jefe de Estado militar. Este giro desencadenó el inicio de la lucha por el reconocimiento del 12 de junio como día simbólico de la democracia y la libertad en Nigeria.
Le silence d’anciens leaders politiques tels qu’Olusegun Obasanjo, qui a refusé de reconnaître l’importance du 12 juin dans l’histoire du pays, a suscité des critiques et du ressentiment parmi les partisans de la démocratie et les défenseurs des droits de el hombre. Al optar por no apoyar ni conmemorar el 12 de junio, Obasanjo provocó la ira de muchos nigerianos.
La negativa de Obasanjo a reconocer oficialmente el 12 de junio como día nacional de la democracia o a declarar un día festivo en su honor ha alimentado las tensiones políticas y ha reforzado la imagen de un político alejado de las aspiraciones democráticas del pueblo.
Sin embargo, con el paso de los años, la lucha por el reconocimiento del 12 de junio como símbolo de la democracia ha cobrado impulso, y el gesto del actual presidente, Muhammadu Buhari, que otorgó póstumamente una alta distinción al MKO Abiola y declaró el 12 de junio como día para celebrar la democracia, fue ampliamente acogido.
En conclusión, la turbulenta historia del 12 de junio en Nigeria pone de relieve los profundos problemas políticos y las luchas por la democracia y la libertad. Reconocer y conmemorar esta fecha histórica es esencial para preservar la memoria colectiva y fortalecer las bases de la democracia en Nigeria.