“La reciente violencia en la parte oriental de la República Democrática del Congo sigue causando gran preocupación, alimentando un ciclo de violencia y sufrimiento insoportable. El Papa Francisco habló con fuerza, llamando a las autoridades nacionales e internacionales a actuar con urgencia para poner fin. estas atrocidades y proteger las vidas de civiles inocentes, de los cuales muchos cristianos han sido víctimas.
Con sus palabras llenas de compasión y solidaridad, el soberano pontífice subrayó la necesidad imperiosa de poner fin a estas masacres perpetradas en la provincia de Kivu del Norte. Deploró la muerte de muchos creyentes, calificando estos actos de odio bizantino motivados por el rechazo de la fe. El Papa también llamó a orar por la paz en las regiones devastadas por el conflicto armado, citando en particular a Ucrania, Tierra Santa, Sudán y Myanmar.
Las cifras comunicadas por las autoridades congoleñas muestran al menos 41 víctimas durante el último incidente ocurrido en la región de Beni, atribuido al grupo Fuerzas Democráticas Aliadas. Sin embargo, las organizaciones de la sociedad civil creen que el costo real es mucho mayor, lo que refleja la brutalidad de esta violencia. Desde principios de mes, cerca de 150 personas han muerto en Kivu del Norte durante ataques atribuidos a rebeldes vinculados al grupo Estado Islámico.
Esta tragedia que se desarrolla en el este de la República Democrática del Congo ilustra una realidad compleja y dolorosa marcada por décadas de conflictos armados que enfrentan a más de 120 grupos por el control del poder, la tierra y los preciosos recursos minerales en la región.
Face à cet état de guerre perpétuelle, il apparaît crucial que la communauté internationale agisse de manière concertée et efficace pour mettre un terme à ces violences insensées et offrir aux populations locales, meurtries et traumatisées, l’espoir d’un avenir plus paisible et plus sobre. No dejemos que la indiferencia socave nuestras conciencias, sino que unamos nuestros esfuerzos para construir un mundo donde la dignidad humana y la paz sean valores universales que deben preservarse a toda costa».