Eid al-Adha, o Tabaski, es un período de celebración y festividad en Níger, marcado por un fuerte aumento del consumo de leña para la preparación de comidas festivas. Cada año, a medida que se acerca esta fiesta musulmana, los vendedores de leña de Niamey ven aumentar notablemente sus existencias para satisfacer la creciente demanda.
Sin embargo, detrás de esta tradición se esconde una realidad que preocupa cada vez más a los defensores del medio ambiente en Níger. De hecho, según las previsiones del Ministerio de Medio Ambiente del país, sólo en Niamey se queman más de 50.000 toneladas de madera en el Día de Tabaski.
Ante esta alarmante situación, voluntarios comprometidos con la protección del medio ambiente lanzaron en 2017 la campaña “Tabaski Ecolo”. El objetivo de esta iniciativa es concienciar a la población nigerina sobre las consecuencias de la deforestación en el medio ambiente, fomentando al mismo tiempo la plantación de árboles, en particular de mango, para demostrar los beneficios.
Mohamed Siradj Adamou, miembro de la asociación Jóvenes Voluntarios por el Medio Ambiente, subraya la importancia de esta acción colectiva: «Como jóvenes activistas climáticos, no podemos quedarnos de brazos cruzados ante esta situación, porque la deforestación abusiva tiene consecuencias perjudiciales para el medio ambiente. Es esencial actuar ahora para preservar nuestros recursos naturales y garantizar un futuro sostenible para las generaciones futuras.
La situación medioambiental en Níger es tanto más preocupante cuanto que sólo una pequeña parte de la población tiene acceso a la electricidad, lo que obliga a la mayoría de los 26 millones de habitantes a utilizar la madera como principal fuente de energía para cocinar.
Aïssatou Sow, residente de la capital, Niza, plantea un punto crucial: “Como población, debemos plantar suficientes árboles para luchar contra el avance del desierto y preservar nuestro medio ambiente”. Destaca la urgencia de adoptar alternativas al uso de la madera, al tiempo que concientiza a la población sobre la importancia de la reforestación.
Níger, ante un fenómeno de desertificación acelerada y los efectos del cambio climático, pierde cada año cerca de 100.000 hectáreas de tierra cultivable, acentuando así los riesgos de sequía, escasez de alimentos y la inminente aproximación del desierto hacia la capital.
Ante estos grandes desafíos ambientales, es crucial que las autoridades, la sociedad civil y la población unan fuerzas para implementar soluciones sostenibles y preservar los recursos naturales esenciales para la vida en Níger. La sensibilización, la plantación de árboles y la promoción de energías alternativas parecen palancas esenciales para construir un futuro más respetuoso con el medio ambiente y los equilibrios naturales.