En el corazón del territorio de Beni, en la provincia de Kivu del Norte, en la República Democrática del Congo, la aldea de Kyanganda fue escenario de un drama brutal que costó la vida a al menos 14 civiles durante un ataque perpetrado por hombres armados. Esta tragedia, ocurrida la noche del viernes al sábado 22 de junio, sumió a la comunidad local en miedo y dolor.
La sociedad civil de la región ha condenado enérgicamente lo que califica de “laxitud” de las Fuerzas Armadas de la República Democrática del Congo (FARDC) ante el aumento de ataques contra civiles. Denuncia una falta de respuesta por parte de las autoridades militares ante las alertas emitidas por la población sobre amenazas inminentes, en particular las provenientes de los rebeldes de las ADF que actúan en la región. Estos repetidos ataques ponen en peligro la seguridad de los residentes, obligándolos a huir de sus hogares y buscar refugio en zonas consideradas más seguras.
Representantes de la sociedad civil también denunciaron la desaparición de varias personas y el incendio de viviendas, exacerbando el clima de miedo e inestabilidad que reina en la región. El administrador del territorio de Lubero, coronel Alain Kiwewa, al regresar del campo, confirmó también estos tristes acontecimientos. Llama a la unidad y solidaridad de la población para enfrentar esta violencia indiscriminada que afecta a muchas familias.
En un mensaje de aliento, el coronel Kiwewa instó a la población a mantener la confianza en las autoridades locales y en el ejército, garantes de la seguridad de los ciudadanos. Subrayó la misión esencial del ejército que consiste en proteger a la población y sus bienes, pidiendo así la colaboración y la movilización colectivas para contrarrestar las fuerzas negativas que amenazan la estabilidad de la región.
La situación en Beni es más preocupante que nunca y requiere medidas inmediatas y efectivas para poner fin a esta violencia perpetrada contra civiles inocentes. Es hora de que la comunidad internacional y las autoridades congoleñas unan fuerzas para restablecer la paz y la seguridad en esta región asolada por conflictos armados. La solidaridad, el apoyo y la acción concertada son las claves para superar estos retos y ofrecer un futuro mejor a los habitantes del Beni y su entorno.