Una verdadera peregrinación espiritual y física, el Hajj es uno de los cinco pilares del Islam, y requiere que todo musulmán con capacidad física y financiera viaje a La Meca al menos una vez en su vida. Este evento anual es de vital importancia para millones de fieles en todo el mundo, y este año estuvo marcado por tragedias desgarradoras.
Durante el Hajj de este año, más de 1.300 personas perdieron la vida, y muchas muertes se atribuyeron al estrés por calor causado por temperaturas extremadamente altas. Un caso especialmente conmovedor fue el de Ngatijo Wongso Sentono, un indonesio de 86 años que murió en su tienda de campaña en Mina, cerca de La Meca, mientras esperaba las oraciones del mediodía. Su hija, Heru Jumartiyah, compartió que su padre aparentemente gozaba de buena salud y estaba entusiasmado por realizar el Hajj, destacando la importancia del acto para los fieles musulmanes.
En la cultura islámica, morir y ser enterrado en La Meca se considera una bendición suprema, que simboliza una profunda plenitud espiritual. Para la familia de Setono, la sensación de paz y gratitud de saber que fue enterrado en este lugar sagrado trajo un bienvenido consuelo a pesar de la tristeza de su pérdida.
Sin embargo, el Hajj de este año también estuvo marcado por desafíos y tragedias, particularmente debido al calor opresivo que se apoderó de La Meca y sus alrededores. Las temperaturas alcanzaron niveles peligrosos, provocando cientos de muertes y numerosos casos de enfermedades entre los peregrinos. Las autoridades saudíes han subrayado que el problema se ha visto agravado por el elevado número de peregrinos no autorizados, que representan más del ochenta por ciento de las víctimas.
Esta situación plantea interrogantes sobre la organización y seguridad de las peregrinaciones, destacando la necesidad de mejorar las infraestructuras y los protocolos de emergencia para proteger la vida de los fieles. Los testimonios de peregrinos que vieron a personas perder el conocimiento o sucumbir al calor resaltan la urgencia de una acción concertada para garantizar la seguridad de todos los participantes.
En un contexto donde los récords de calor son cada vez más frecuentes, el Hajj representa un desafío adicional en términos de seguridad y salud pública. Los expertos advierten sobre los crecientes riesgos derivados del clima extremo y piden medidas concretas para mitigar los efectos nocivos del calor sobre los peregrinos.
En última instancia, el Hajj sigue siendo un evento sagrado e ineludible para millones de creyentes en todo el mundo, pero su realización no debe realizarse a expensas de la seguridad y el bienestar de los participantes. La historia de Ngatijo Wongso Sentono y de tantos otros resalta la necesidad de tomar medidas para garantizar que esta peregrinación siga siendo un tiempo de contemplación y devoción en condiciones seguras y respetuosas de la vida humana.