Fatshimetria
El mundo de la moda ha vuelto a demostrar su ingenio y su capacidad para sorprendernos con un colorido desfile que tuvo lugar en el corazón de París, en la magnífica Place Vendôme. Esta presentación de moda fue como un musical de Broadway, en el que cada década se asociaba con un deporte y una época específica, brindando un espectáculo cautivador e inolvidable.
Para este evento, que forma parte de Vogue World, París estuvo en el centro de atención con una celebración de la elegancia francesa y la pasión por la moda. Cada conjunto fue cuidadosamente diseñado para coincidir con la época y el deporte asociado, creando una verdadera armonía entre el pasado y el presente.
Los locos años veinte estuvieron representados a través de diseños inspirados en el ciclismo, con batas blancas de diseñadores icónicos como Chanel y Schiaparelli. La década de 1930 destacó el atletismo y la gracia del movimiento en las creaciones de Balenciaga. Los años 40, en los que apareció el bikini, estuvieron simbolizados por trajes que evocaban los deportes acuáticos, diseñados por Jacquemus.
Cada década fue una verdadera inmersión en la historia de la moda y el deporte, ofreciendo a los espectadores un viaje temporal a través de las épocas. Desde los años 50 con el estilo ecuestre revisitado por Dior, hasta los años 60 y sus looks de combate imaginados por Courreges, cada época fue una invitación a redescubrir la elegancia y la creatividad de sus creadores.
La emoción se intensificó cuando los años 70 dieron paso a la gimnasia, destacando creaciones inspiradas en Givenchy y sus líneas fluidas. Luego, los años 80 honraron las artes marciales, mientras que los años 90 revisitaron el fútbol con una interpretación moderna del famoso vestido tricolor de Azzedine Alaia.
La apoteosis de este evento fue sin duda la sección de tenis, que contó con la aparición de las hermanas Williams en el podio, encarnando la gracia y el poder de este deporte icónico. Venus irradió con un atrevido vestido sirena y Serena impresionó con un utilitario vestido negro, que simboliza la fuerza y determinación que caracteriza a los campeones.
Este grandioso espectáculo no sólo cautivó a los espectadores, sino que también marcó el inicio no oficial de los Juegos de París, que prometen ser inolvidables. En un torbellino de creatividad, estilo y emoción, la moda ha demostrado una vez más que es un arte en sí mismo, capaz de trascender épocas y transportarnos a un universo donde se encuentran la belleza y la pasión.