El panegírico de la madre de la esposa del vicepresidente, Nana Shettima, fallecida recientemente en Kano, revela un vibrante homenaje a una figura respetada y amada por todos. La gentileza, la sabiduría y el compromiso de la difunta con su comunidad resuenan en los corazones de quienes la conocieron.
Conocida por su inagotable bondad y compasión, fue una fuente de inspiración para su familia y para todos aquellos que tuvieron el privilegio de conocerla. Su generosidad hacia los más necesitados y su dedicación a causas benéficas han dejado una huella imborrable en la memoria de todos.
Su servicio desinteresado a los demás y su compromiso con su fe musulmana lo convierten en un ejemplo a seguir para toda la comunidad. Su sentido del deber y apego a los valores familiares son una lección valiosa para todos los que aspiran a vivir una vida marcada por la bondad y la dedicación.
El entierro de esta gran dama en Kano es un tributo apropiado a una vida bien vivida y al precioso legado que dejó. Su partida deja un inmenso vacío, pero su recuerdo quedará grabado en la mente de quienes tuvieron la suerte de cruzarse en su camino.
Que su alma descanse en paz y que su ejemplo continúe inspirando y guiando a quienes han sido tocados por su gracia y su luz.