Los desafíos de la adhesión de Ucrania y Moldavia a la Unión Europea

Las negociaciones formales para la adhesión de Ucrania y Moldavia a la Unión Europea comenzaron el martes, lo que marca un punto de inflexión histórico para estos dos países de la ex Unión Soviética. Este proceso, aunque prometedor, promete ser largo y complejo, con grandes desafíos que afrontar.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, acogió con satisfacción el inicio de las negociaciones de adhesión y dijo que era una excelente noticia para los ciudadanos de estos dos países, así como para la Unión Europea en su conjunto. Enfatizó que a pesar de los desafíos que tenemos por delante, habrá muchas oportunidades en el camino que tenemos por delante.

Las solicitudes de ambos países para ser miembros de la UE se remontan a 2022, poco después de que comenzara la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia. Aunque la UE ha apoyado en gran medida a Ucrania y ha asignado más de 100.000 millones de dólares según cifras de la UE, el camino hacia la membresía de estos dos países en la UE no estará exento de obstáculos.

Hungría, el principal aliado de Rusia en la UE, se ha demorado en varios asuntos relacionados con Ucrania, incluida la ayuda militar y financiera. En diciembre del año pasado, el primer ministro húngaro, Viktor Orban, dijo que bloquearía el intento de Kiev de iniciar conversaciones de adhesión. Aunque finalmente abandonó sus objeciones, Orban todavía tendrá muchas oportunidades de obstruir el proceso.

El camino hacia la membresía plena en la UE requiere que los candidatos cumplan con una serie de criterios antes de iniciar negociaciones detalladas, que abarcan una variedad de áreas, desde estándares económicos hasta el estado de derecho. Hay 35 capítulos en total, todos los cuales deben ser acordados por todas las partes negociadoras, incluidos los 27 estados miembros de la UE. Se espera que el proceso de apertura, negociación y cierre de los 35 capítulos lleve más de una década para Moldavia y Ucrania.

Además, ninguno de los países ha cumplido todavía los criterios necesarios para llegar a esta fase de negociaciones. Para Ucrania en particular, cumplir los estándares requeridos es particularmente complicado debido a la invasión y la guerra en curso.

Moldavia también enfrenta dificultades internas, ya que el territorio autoproclamado de Transnistria busca aliarse con Rusia mientras el resto del país gira hacia Europa. Aunque Transnistria está reconocida internacionalmente como parte de Moldavia, es posible que algunos vean esta situación como un obstáculo para la membresía en la UE hasta que se resuelva el problema.

Aparte de las negociaciones prácticas y técnicas, hay una dimensión política que promete complicar aún más las conversaciones. La ampliación del bloque hacia Europa del Este tendrá repercusiones en otros estados miembros de la UE. Es probable que Ucrania y Moldavia se beneficien significativamente del presupuesto de la UE, lo que hace que la perspectiva de membresía sea más difícil de vender para los estados miembros existentes, cuyo gasto aumentará mientras su participación general en el presupuesto disminuye.

También habrá impactos en la industria. Por ejemplo, Ucrania ya ha tenido problemas con sus socios europeos en relación con su industria agrícola. Polonia, uno de los partidarios más constantes de Ucrania en su esfuerzo bélico, prohibió temporalmente a Ucrania exportar cereales al país, perjudicando a los agricultores polacos. La disputa se ha intensificado y Polonia suspendió su apoyo militar a Ucrania.

Aceptar a Ucrania y Moldavia en el bloque significaría añadir alrededor de 40 millones de nuevos ciudadanos de la UE a Europa del Este. Esto significaría libre movimiento dentro del bloque para muchas personas que buscan escapar de lo que recientemente ha sido una zona de guerra.

Esto también tendría consecuencias para el equilibrio de poder dentro de la UE, desplazándolo más hacia el este. Aunque no existen reglas estrictas sobre qué estados miembros se alinean en qué temas, es razonable decir que los países del este tienen opiniones políticas diferentes a las de los países del sur y del este de Europa.

Esto significa que algunos de los actuales Estados miembros de la UE podrían ralentizar y obstaculizar el proceso a menos que se establezcan salvaguardias para proteger sus posiciones privilegiadas dentro del bloque.

El inicio de las negociaciones representa un momento importante para que quienes deseen unirse a la UE se distancien aún más de la influencia rusa y se acerquen a la Unión Europea. Sin embargo, en realidad, estas conversaciones de apertura son en su mayoría simbólicas y todavía queda un largo camino por recorrer antes de que cualquiera de estos países se convierta en un estado miembro de pleno derecho.

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