Se sigue hablando del movimiento de dimisiones de ciertos empleados del gobierno estadounidense en protesta contra las políticas de la administración Biden respecto a Gaza. Estos funcionarios tomaron la valiente decisión de dejar sus puestos en desacuerdo con la postura de apoyo a Israel en el conflicto con Hamás. Su gesto, aunque individual, adquiere un significado más profundo cuando es coordinado y amplificado por una declaración conjunta, titulada «Servicio en disenso».
Este grupo de doce firmantes, que han dimitido en diferentes momentos desde el inicio del conflicto hace nueve meses, subrayan en su declaración un compromiso continuo de servicio y fidelidad al juramento prestado. Su objetivo es claro: llamar la atención sobre el fiasco que representa la política estadounidense hacia Gaza, considerada no sólo moralmente reprobable sino también perjudicial para la seguridad nacional de Estados Unidos.
Destacan el hecho de que el apoyo diplomático y el suministro constante de armas a Israel condujeron a una complicidad innegable en las atrocidades cometidas contra la población palestina de Gaza. Esta complicidad, enfatizan, va en contra del derecho internacional humanitario y de las leyes estadounidenses, y expone a Estados Unidos a considerables riesgos de seguridad. Las consecuencias de estas políticas son desastrosas, tanto en términos de relaciones internacionales como de credibilidad de los valores estadounidenses y occidentales en un período de intensa competencia estratégica.
Su declaración conjunta ofrece una serie de recomendaciones al gobierno americano para corregir la situación. Entre ellos se encuentran el llamado a respetar escrupulosamente la ley, ejercer presión para poner fin inmediatamente al conflicto, aumentar la ayuda humanitaria, apoyar la autodeterminación del pueblo palestino, fortalecer los mecanismos de seguimiento y de rendición de cuentas dentro del ejecutivo, y garantizar libertad de expresión a los estudiantes manifestantes.
Este valiente paso de estos funcionarios dimitidos es un llamado a la conciencia de todos, incluidos sus antiguos colegas que comparten su punto de vista pero no pueden seguir el mismo camino. Los invitan a ser escuchados, a resistir y a no ser cómplices. Su mensaje es claro: las palabras tienen peso y la unión hace la fuerza.
Esta declaración conjunta, publicada con motivo del Día de la Independencia estadounidense, adquiere todo su significado en un contexto donde la libertad, los valores y el compromiso se ponen a prueba. Fomenta la reflexión sobre la responsabilidad individual y colectiva y sobre la importancia de permanecer fiel a las propias convicciones, incluso a costa de decisiones importantes como la renuncia a un cargo en el gobierno.