**Violencia inaceptable: el ataque mortal de la milicia CODECO contra trabajadores chinos en Djugu**
La noticia estuvo marcada recientemente por una tragedia insoportable en el territorio de Djugu, en Ituri. El miércoles pasado, seis trabajadores chinos fueron brutalmente asesinados durante un ataque perpetrado por milicianos de CODECO. Estos trabajadores, que explotaban minas en la región, fueron objeto de un violento ataque que también costó la vida a dos soldados y un civil.
Este bárbaro ataque, que tuvo lugar en la mina de Abombi, conmocionó e indignó a la población local. Los testimonios recogidos in situ describen una escena de increíble violencia, donde hombres armados entraron brutalmente en el campo de trabajadores chinos para dispararles a sangre fría. Los cuerpos sin vida fueron encontrados, lo que atestigua el horror de este acto atroz.
Las autoridades militares y administrativas de Djugu confirmaron los trágicos resultados de este ataque y deploraron la pérdida de vidas humanas inocentes. Las víctimas, cuyos cuerpos fueron transportados a la morgue del hospital general de Bunia, son ahora símbolos de la violencia ciega e insensata que azota la región.
Este sangriento ataque se produce en un contexto de crecientes tensiones en el territorio de Djugu, donde la violencia atribuida a las milicias de CODECO va en aumento. Estos grupos armados, que operan en la región, son responsables de numerosos abusos y actos de barbarie que afectan tanto a la población local como a los trabajadores extranjeros.
Es esencial condenar enérgicamente esos actos de violencia, que dañan la vida humana y alimentan un clima de inseguridad y terror. Las autoridades congoleñas y la comunidad internacional deben actuar con rapidez y firmeza para poner fin a esta violencia y proteger a las poblaciones locales y a los trabajadores extranjeros que trabajan en la región.
En conclusión, el ataque mortal de las milicias de CODECO contra los trabajadores chinos en Djugu es una tragedia que exige una reacción urgente y eficaz. La vida humana no puede sacrificarse en el altar de la violencia y el odio. Es hora de actuar y poner fin a este infernal ciclo de violencia que está ensangrentando la región.