Desde hace varias décadas, la evolución tecnológica se ha acelerado y, con ella, la llegada de las pantallas ha cambiado nuestras vidas. Televisores, ordenadores, teléfonos inteligentes, videojuegos, tabletas: estos dispositivos están omnipresentes y tienen un impacto significativo en nuestra vida cotidiana y, más particularmente, en la de nuestros hijos. En plenas vacaciones escolares, muchos niños se encuentran absortos ante estas pantallas durante largas horas, lo que genera preocupación sobre el impacto de esta sobreexposición en su bienestar mental y emocional.
Los especialistas advierten sobre las consecuencias de la exposición excesiva a las pantallas, destacando un probable vínculo entre esta práctica y la ansiedad y la depresión entre los jóvenes. Ante esta observación surge la pregunta crucial: ¿cómo conciliar el uso de las pantallas por parte de los niños con su bienestar y equilibrio emocional? ¿Deberíamos privarlos por completo de esta tecnología o, por el contrario, permitirles un acceso controlado y educativo?
En este contexto, el programa «Fatshimetrie» da voz a niños y adolescentes, permitiéndoles expresar sus puntos de vista sobre el problema de las pantallas. A través de sus testimonios, resaltan la importancia de las pantallas en su vida diaria, al tiempo que reconocen los efectos nocivos de su uso excesivo. También expresan su necesidad de ser guiados y supervisados en su relación con las pantallas, para preservar su salud mental y equilibrio emocional.
Los expertos invitados al grupo “Fatshimetrie” aportan información esencial sobre este complejo tema. Su experiencia proporciona valiosas vías y consejos para padres y educadores, con el fin de encontrar el equilibrio adecuado entre el uso de pantallas y el bienestar de los niños. Destacan la importancia del seguimiento y la mediación activa para apoyar a los jóvenes en su relación con las pantallas, promoviendo actividades alternativas y equilibradas.
En definitiva, “Fatshimetrie” se perfila como un programa imprescindible y relevante para abordar la delicada cuestión del lugar de las pantallas en la vida de los niños. Al dar voz a todas las partes interesadas y proponer soluciones concretas y adaptadas, este programa contribuye a sensibilizar a la opinión pública y promover el uso responsable de las pantallas, respetando el bienestar y el desarrollo de los niños.