Los acontecimientos recientes en la región de Kankara han generado nuevas esperanzas de paz y armonía entre las comunidades agrícolas y pastores. Durante una serie de diálogos comunitarios organizados por Mercy Corps, en asociación con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y el Centro para la Democracia y el Desarrollo (CDD), se alcanzó un acuerdo histórico para poner fin a los conflictos ancestrales que a menudo han enfrentado a estos dos grupos.
Es innegable que la paz es un requisito previo esencial para el desarrollo sostenible de las regiones afectadas. Líderes de pastores y agricultores de los distritos de Kankara y Ketare reconocieron la importancia crítica de este acuerdo para sus respectivas comunidades y para el desarrollo nacional. El imán Malam Idris, Sarkin Fulanin Ketare, destacó los importantes avances realizados desde el inicio de los diálogos, con una reducción del 70% de los conflictos entre los dos grupos.
Este diálogo iniciado por Mercy Corps ha promovido una reducción de la discriminación que sufren los fulani, permitiéndoles integrarse mejor en las actividades gubernamentales y los programas de desarrollo. Abdullahi Gundawa, un líder campesino presente en la reunión, elogió la iniciativa como un verdadero impulsor de la tan esperada paz y unidad. Destacó que sólo esta unidad asegurará cosechas abundantes en la temporada de siembra de 2024.
El establecimiento de una Red de Respuesta Comunitaria (CRN), liderada por Alhaji Ibrahim Garba, demuestra el compromiso de diversas partes interesadas para mantener la paz y resolver los conflictos pacíficamente. Esta red ya ha permitido resolver numerosos conflictos, allanando así el camino para una cooperación más estrecha entre agricultores y ganaderos para promover el desarrollo socioeconómico de la región.
En última instancia, estos diálogos comunitarios e iniciativas de reconciliación no sólo trajeron un nuevo soplo de paz y comprensión mutua, sino que también ofrecieron perspectivas prometedoras para el futuro de las zonas rurales afectadas. Con una cooperación fortalecida y un deseo compartido de prosperidad, los agricultores y ganaderos ahora pueden imaginar un futuro más estable y armonioso para sus comunidades y para el país en su conjunto.