El sector bancario sudafricano está cambiando con la aparición de nuevas tecnologías, como la inteligencia artificial, para mejorar los servicios bancarios y facilitar la experiencia del cliente. Sin embargo, esta transformación no debe realizarse a expensas de la inclusión lingüística de los clientes.
En un país tan diverso como Sudáfrica, es fundamental reconocer y respetar las diferentes lenguas y culturas presentes. Lamentablemente, en el sector bancario sólo se utilizan unos pocos de estos idiomas, lo que deja fuera a muchos clientes potenciales que no dominan el inglés o el afrikáans. Esta exclusión lingüística puede provocar un acceso desigual a los servicios de banca digital, como muestra el ejemplo de Abby, la asistente inteligente de Absa, que sólo está disponible en inglés.
Sin embargo, integrar las lenguas indígenas en los servicios bancarios tiene muchos beneficios. Al ofrecer servicios en los 11 idiomas oficiales de Sudáfrica, los bancos podrían llegar a una nueva audiencia e impulsar la inclusión financiera. También podría atraer inversores extranjeros y generar confianza entre los clientes locales al brindarles una experiencia bancaria más personalizada y accesible.
El uso de la inteligencia artificial en la banca también puede ayudar a mejorar la prevención del fraude, la satisfacción del cliente, la gestión de riesgos y la capacidad de respuesta a las tendencias del mercado. Sin embargo, estos beneficios no deberían eclipsar la necesidad de incluir los idiomas locales en estas tecnologías innovadoras para garantizar una accesibilidad equitativa para todos los clientes, independientemente de su idioma nativo.
En última instancia, los bancos sudafricanos tienen la oportunidad única de equilibrar la innovación tecnológica con el respeto por la diversidad lingüística de su país. Al integrar lenguas indígenas en sus servicios, no sólo podrán satisfacer las necesidades específicas de cada cliente, sino que también ayudarán a crear una sociedad más inclusiva y equitativa. Las oportunidades son numerosas, sólo hay que adoptar un enfoque proactivo y respetuoso de la diversidad lingüística de Sudáfrica.