La lucha inconclusa de Angel: la historia de un defensor de derechos humanos asesinado

En noticias recientes, un acontecimiento trágico ha sacudido a la comunidad de defensores de los derechos humanos y activistas contra la pena de muerte. Angel, una figura icónica en la lucha contra la pena capital, fue asesinado por agresores desconocidos y enterrado en una tumba poco profunda en su ciudad natal de Ugboha, sureste de Esan, estado de Edo, Nigeria. El ataque también provocó el incendio de su casa, dejando a sus familiares y seguidores conmocionados y afligidos.

Después de ser liberado del corredor de la muerte, Angel dedicó su vida a defender los derechos humanos y luchar contra la pena de muerte a través de su fundación, Life Wire International Foundation. Había viajado a más de 15 países, utilizando exposiciones de arte y dibujos para crear conciencia sobre la cuestión de la pena de muerte y abogar por su abolición.

La noticia del asesinato de Ángel fue confirmada por Michael Ihaza, primo del fallecido. Ihaza dijo que Ángel había ganado varios casos de tierras familiares pero no estaba al tanto de ninguna amenaza a su vida. La participación de su hijo de 15 años en la denuncia del incidente a la policía ha generado preguntas, aunque Ihaza no cree que el joven esté involucrado en la muerte de su padre.

Entre quienes rindieron homenaje a Angel, el usuario de Facebook Okoro James destacó el papel de Angel como filántropo y su impacto positivo en la comunidad. James elogió los esfuerzos de Angel para ayudar a los reclusos encarcelados injustamente, tanto a nivel local como internacional, y demostró su generosidad consigo mismo y con otros voluntarios durante sus actividades voluntarias en el área.

Cuando se contactó sobre el asunto, Chidi Nwabuzor, portavoz de la Policía Estatal de Edo, dijo que el comando aún no había sido informado del incidente y alentó a los ciudadanos a denunciar rápidamente cualquier delito para facilitar las investigaciones. Una vez informado de que el asunto había sido denunciado en una comisaría de policía local, Nwabuzor prometió tomar las medidas necesarias para investigar el atroz crimen y encontrar a los responsables.

Esta brutal desaparición de Ángel, un incansable defensor de los derechos humanos y la dignidad, es un trágico recordatorio de los peligros que enfrentan quienes se atreven a desafiar la injusticia y la crueldad. Su legado de compasión, coraje y determinación resonará más allá de su prematura muerte y, sin duda, inspirará a otros a continuar la lucha por un mundo más justo y equitativo.

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