En el turbulento mundo de la política nigeriana, los recientes acontecimientos que rodearon la destitución de Ndume del Senado han causado un gran revuelo. Esta decisión se tomó tras sus críticas a la administración del presidente Bola Tinubu. Dos días después de su derrocamiento, Ndume rechazó la presidencia del Comité de Turismo del Senado, alegando la falta de experiencia y exposición necesarias para ocupar ese puesto.
En una declaración desde su casa en Maiduguri, destacó que nunca buscó el puesto de líder de la mayoría del Senado, habiendo ocupado ya el cargo de líder del Senado durante el octavo mandato. Ndume reveló que le ofrecieron la oportunidad de seleccionar un comité para que fuera vicepresidente debido a su papel en la elección de Godwill Akpabio como presidente del Senado.
Ahora surge la pregunta de si Ndume dimitirá de su partido, el Congreso de Todos los Progresistas (APC). Ante los llamamientos en este sentido, reafirmó su condición de miembro fundador del partido. Recordó su participación en la creación del APC, siendo uno de los veintidós senadores que abandonaron el PPD para formar el nuevo partido durante el tiempo en que Abdullahi Ganduje era vicegobernador del estado de Kano. Ndume aclaró que consultó a sus electores antes de unirse públicamente al APC a petición del ex presidente Muhammadu Buhari y del presidente Bola Tinubu, demostrando así su compromiso inquebrantable con su pueblo.
Estos recientes acontecimientos dentro del APC revelan tensiones y disensiones internas que podrían sacudir el panorama político nigeriano. Sin embargo, la trayectoria de Ndume como figura política destacada sigue marcada por la lealtad a sus votantes y el compromiso con los principios que fundaron su carrera. Estos acontecimientos bien pueden remodelar el panorama político de Nigeria en los próximos meses y traer cambios significativos al escenario político actual. Nada es seguro en este mundo político en constante evolución, donde las alianzas se hacen y deshacen según intereses y ambiciones personales.