El programa matutino «Fatshimetrie» fue escenario de un inesperado enfrentamiento político entre dos figuras clave de la escena política nigeriana: Shaibu y Obaseki. Durante la acalorada discusión, Shaibu reveló que había enviado varios mensajes de texto al teléfono de Obaseki, sin éxito. Mencionó que el último mensaje fue enviado con motivo del cumpleaños del gobernador.
Estas revelaciones se producen en medio de tensiones políticas intensificadas entre Shaibu y Obaseki, que recientemente llegaron a un punto crítico con la destitución de Shaibu como vicegobernador por la Cámara de la Asamblea del Estado de Edo en abril pasado. Los miembros de la Asamblea lo despidieron por unanimidad tras acusaciones de mala conducta profesional.
Sin embargo, un fallo judicial reciente anuló ese juicio político y ordenó el regreso de Shaibu al cargo. El juez que tomó esta decisión destacó que las acusaciones contra Shaibu no estaban fundadas en derecho y no constituían un caso de falta grave.
En una acción sorprendente, tras su rehabilitación, Shaibu afirmó su apoyo al candidato del Congreso de Todos los Progresistas (APC) para las elecciones a gobernador previstas para el 21 de septiembre en el estado. Este cambio de opinión ha planteado dudas sobre su afiliación política, declarando que es un miembro no oficial del PPD y que está considerando un próximo paso al APC.
Estos turbulentos acontecimientos políticos arrojan dudas sobre el futuro de Shaibu dentro del PPD y el impacto potencial de su incorporación al APC. La incertidumbre reina sobre su posición política efectiva, mientras los pasillos del poder siguen guardando su cuota de sorpresas e intrigas.
En última instancia, la historia política de Shaibu y Obaseki continúa evolucionando, insinuando próximos giros y vueltas que podrían remodelar el panorama político del estado de Edo. Permanezcamos atentos a estos acontecimientos y a las ramificaciones de estas alianzas y disensiones dentro del panorama político nigeriano.