La diócesis de Isiro-Niangara rindió recientemente un último homenaje a monseñor Julien Andavo durante su funeral, que tuvo lugar el sábado 20 de julio de 2024 en la majestuosa catedral Sainte-Thérèse de l’Enfant Jésus de Isiro, capital de la provincia de Haut- Uele. La ceremonia del réquiem estuvo marcada por una gran multitud y la emoción palpable de todos los fieles presentes.
Durante este conmovedor acto, el jefe del ejecutivo provincial tomó la palabra para saludar la memoria de este eminente obispo y resaltar la importancia de su legado para la comunidad cristiana y la sociedad en su conjunto. En particular, animó a los fieles de la Iglesia católica a unirse en el dolor y continuar la obra de desarrollo iniciada por monseñor Julien Andavo en la provincia de Haut-Uele.
Mons. Julien Andavo, originario del territorio de Faradje, en la provincia de Haut-Uele, dedicó su vida al sacerdocio con incansable dedicación y ejemplar vigilancia pastoral. Ordenado sacerdote en 1979, fue nombrado obispo de la diócesis de Isiro-Niangara en 2002 y consagrado en 2003. Durante sus 21 años al frente de la diócesis, se distinguió por su labor formativa y su compromiso en varios proyectos de desarrollo para el beneficio de la comunidad.
La desaparición del obispo Julien Andavo en julio de 2024 en Durba, en el territorio de Watsa, dejó un gran vacío en la Iglesia y en la sociedad congoleña. Su legado de compasión, compasión y dedicación sigue siendo un ejemplo a seguir para las generaciones futuras. Su memoria quedará grabada en el corazón de quienes tuvieron el privilegio de conocerlo.
En este día del entierro, la catedral de Santa Teresa resonó con homenajes y oraciones, testimoniando el profundo impacto de Mons. Julien Andavo en la vida de muchos fieles y en la sociedad en su conjunto. Su legado perdurará y seguirá inspirando y guiando a quienes trabajan por un mundo mejor, siguiendo su visión humanista y espiritual.